Crecer es esa parte mega incómoda de cualquier ser vivo porque es el proceso en el que todo es raro, nada es igual, todo crece, todo es desconocido y oh, la vergüenza de no saber qué diablos está pasando es abrumadora.
Tengo veintidós años, oficialmente ya pasé la edad legal, pero difícilmente me considero a mí misma una adulta aunque mi IFE (A mí todavía me tocó el IFE, so IFE se queda alv) demuestre lo contrario.
Siento que me dormí con doce años y me levanté con veintidós, aunque siendo sincera no es que haya cambiado mucho desde entonces. Sí, aprendí un montón de cosas más, descubrí muchos aspectos de mi persona y del mundo y recibo visitas periódicas de la fastidiosa menstruación, pero por dentro sigo sintiéndome igual de asustada y confundida con lo que sucede a mi alrededor.
No creo ser la única.
Incluso cuando de vez en cuando me embriague hasta la inconsciDIGO, a veces haga cosas de "adultos", lmao, por dentro sigo con la sensación de que estoy aprendiendo a usar la bicicleta. Es aterrador, emocionante y sé que inevitablemente me tropezaré con alguna grieta o alguna piedra y saldré volando para terminar estrellada en el frío pavimento de la realidad. En una cadena de sucesos que parecen no tener sentido ni relación, hay algunas cosas que he aprendido a leer entre líneas. Ojalá alguien me hubiera dicho en su momento lo que a continuación voy a retratar con toda la fidelidad y honestidad de la que soy capaz:
1.-No estamos completos y probablemente nunca lo estaremos:
He hecho bastantes viajes intra-personales pero no porque yo haya querido, sino porque en el momento me veía cuestionada por cosas que ni en mi mente se me habían ocurrido, por lo que muchas de mis reacciones y respuestas fueron mentiras.
No porque me escondiera o estuviera avergonzada de mí misma, sino porque no sabía realmente qué era lo que estaba buscando, o qué era lo que me preguntaban.
Está bien no tenerlo todo descubierto a los dieciséis años. Nadie se descubre totalmente, tal vez cuando se muere sí, pero antes de eso no lo creo.
Amaba yo a los animales, todavía los amo, desde muy niña los amé y sin embargo, me descubrí a mí misma siendo vegetariana a los dieciocho años, sin embargo, a los siete años me di cuenta de que me dedicaría el resto de mi vida a escribir, a crear universos, personajes e historias para contar.
Hay cosas que vamos descubriendo de nosotros mismos a lo largo de como vamos viviendo. Relax, Mariana del pasado, está bien no saber todo entero de ti ni estar segura de todo.
2.- Está bien ser como eres mientras no seas un completo cabrón/a:
Hay mucha propaganda hoy en día de "Sé diferente si puedes" o "Quiérete como eres" o sus complejos por querer ser raros y especiales. Ugh.
Pero en el primer momento en que realmente se topan con alguien totalmente diferentes abrir prejuicios idiotas contra estas personas.
Nel.
Lo sé porque he pasado por eso. Ojalá me hubieran dicho cuando crecía -y todavía, ya gracias a Diosito que conocí personas que me animan a no abandonarme por completo- que está bien ser como soy. Toda... rara y con mis asuntos. Ojalá me hubieran dicho que ser diferente es algo bueno y no algo de lo que me tenga que avergonzar. Ojalá se hubieran tomado el tiempo que se tomaban para remarcar cada rasgo que me hace diferente a los demás en tono de burla en oportunidades para llegar a conocerme.
Ojalá no me hubieran querido cambiar. Ojalá no me hubieran hecho desear ser como los demás...
Pero, por otra parte pienso que está bien que haya tenido que pasar por ese infierno porque quizás eso construyó algo de lo que soy hoy y quizás por eso siempre meto las manos -y la cara, y mi nombre, lol- por las minorías, los que no encajan, los "raros".
Está bien ser como se es: Homosexual, ateo, punk, emo, sarcástico, detallista, romántico, atlético, bisexual, cristiano, comunista, asexual, negro, asiático, latino, alto, chaparro, con lentes, con silla de ruedas, vegano, etcétera etcétera.
Aquello que nos hace diferente es lo que nos da la plataforma para aportar al mundo. No lo olviden. Eso que nos hace únicos es nuestro escalón para llegar alto y lejos.
3.-Tu cuerpo es sólo tuyo y sólo tú sabes qué hacer con él:
Me ha costado mucho trabajo sentirme cómoda en mi propia piel por diversos motivos que no me apetece mencionar hoy, sin embargo, recalco lo importantísimo que es esto:
Tenemos sólo un cuerpo, debemos cuidar de él como mejor podamos y entendamos. No olvidar todas las cosas maravillosas que nuestro cuerpo hace y nos puede dar a diario. Agradeciendo todo lo bueno -y lo malo que podría conllevar-.
Quererlo, admirarlo así como es y cambiarlo si queremos y podemos hacerlo.
Me metieron a edad muy temprana que mi cuerpo es un templo y debo respetarlo, pero nadie me dijo que como buen templo se adorna, se acondiciona, se USA.
Y, háganse un favor: No se traguen los estándares de la belleza. La "belleza" es algo contextual y de temporadas. Lo que hoy creemos que es bonito -como la depilación, estar súper delgados, teñirnos el cabello de rubio, tener un bronceado perfecto y uniforme- mañana no lo va a ser. Las únicas cosas que permanecen eternas en el tiempo como belleza es aquello con lo que alimentamos nuestra alma y lo que dejamos ver a los demás dentro de nosotros mismos.
4.-Estar triste o enojarse es normal. No eres peor persona si te sientes así:
Hasta la fecha, a veces tengo pensamientos negativos, llenos de ira y al cabo de unos segundos de concebir ese pensamiento me regaño a mí misma porque PUES, MARIANA, ESTAR EMPUTADA ES ALGO TERRIBLE.
Pero... ¿Realmente lo es? Quiero decir... ¿Las personas no tenemos permiso de enojarnos? Porque de verdad he intentado no enojarme, no darle importancia a las cosas. Cada vez que me daban arranques de ira me sentía muy mal luego porque sentía que estaba ensuciando mi corazón con tintes oscuros, pero... ¿Al fin y al cabo, el negro no es necesario para la paleta de colores que necesitamos para pintar un bonito paisaje? No podemos aislar los sentimientos y considerar a unos superiores o más importantes que los otros. Eso creo yo.
Es igual de importante el sentirnos iracundos como el sentirnos alegres. Sentirnos tristes como sentirnos amados. Porque no hay arcoiris sin lluvia y si sólo sintiéramos calma y alegría seríamos seres incompletos, monótonos, aburridos...
Pero me ha costado mucho tiempo y lecturas y anécdotas increíblemente ridículas el llegar a esta conclusión. Como ya dije, sigo luchando contra esos residuos de una educación conservadora sobre mis sentimientos.
Todos los sentimientos son válidos y necesarios y humanos.
Sentir es humano. No hay que olvidarlo.
5.- Crecer es dejar ir:
Tenemos esa costumbre de confundir el "dejar ir" con el "perder". Yo misma, hace un instante, iba a escribir como número cinco "Crecer es perder" y PUES LOL, NO ES LO MISMO.
Crecemos cuando dejamos ir. De eso se trata crecer, básicamente es dejar ir y tomar algo nuevo. Estamos en el preescolar y dejamos ir a nuestros compañeros cuando, como en mi caso, concluimos los tres años en esos salones de colores y bancas de plástico.
Estamos en la primaria y al terminar los seis años la dejamos ir para tomar la secundaria. Dejamos ir amigos, ir a novixs, profesores, sueños, parientes, mascotas...
Dejamos ir partes de nosotros conforme vamos creciendo.
Esta dinámica de dejar ir y tomar cosas nuevas nos recuerda que NADA NOS PERTENECE.
A ver, vamos a repetirlo las veces que sean necesarias:
N A D A N O S P E R T E N E C E
NADA NOS PERTENECE
N
A
D
A
N
O
S
P
E
R
T
E
N
E
C
E
ecenetrep son adan
Tenemos que tener bien presente esto. Vamos a dejar ir casi todo con lo que tengamos contacto en nuestras vidas, de alguna u otra manera, todo se disolverá bajo nuestros dedos.
Y es bonito y está bien, porque he ahí donde radica la belleza de la vida: Nada es para siempre.
Se puede escuchar súper facílisimo ahora que lo escribo y yo sé que no lo es. Me cuesta mucho aceptar dejar ir a las personas, mis proyectos del futuro, partes de mí, mis etapas de vida...
Pero sé que tengo que dejarlas ir, a todos y cada uno de estos elementos, porque si los sigo sujetándolos con las manos no voy a poder tomar otras cosas más padres.
Nos va a doler, sí. Tal vez creamos que no hay salida luego de esto, pero la hay. Todo será oscuro y tendremos frío, sí, pero habrá luz al otro lado del túnel. Te lo prometo, PERO SIGUE CAMINANDO.
Crecer es muy difícil. Hay días-años, en realidad, lol- en que desearía nunca haber crecido. Que me hubiese gustado seguir siendo una niña inconsciente y risueña de tres años.
Pero también pienso en todas las cosas padrísimas que me habría perdido...
Una de las cosas que más suelo firme me han brindado es el crecer con otras personas que están igual de perdidas que yo. Al menos nos acompañamos y aprendemos de los otros.
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