viernes, 28 de julio de 2017

lol

Amigos, me cargo un dolor de cabeza terrible, creo que comienzo a desarrollar migraña, so... Voy a pasar las próximas diez horas orando por no morir -o sí, ya que sea rápido alv- Agradezco sus oraciones o buenos deseos de vida o muerte.



Creo que es la tristeza, estas últimas dos semanas he estado súper sad y como que me descontrolé orgánicamente y tuve unos resfríos e infección en la garganta horribles. 

Ugh.

En fin.

Sorry que sólo escribo mi justificante, ya el siguiente miércoles espero mejorar -o ya mejor me suicido alv-


XOXO

miércoles, 26 de julio de 2017

La vez que mezclé alcohol y pastillas

Cuando tenía quince años me pasó algo que hasta este momento sigo catalogándolo como un evento terrible: Tenía pocas semanas con mi nueva laptop y estaba súper emocionada porque tenía escrita una historia en trilogía. Escribía diario, a todas horas, olvidaba comer, me bañaba, me cambiaba y convivía con los demás a regañadientes porque lo único que cabía en mi mente por aquél entonces era escribir y escribir y escribir. Cuando estaba en la prepa todo lo que hacía era pensar en qué escribiría llegando a mi casa, dibujaba a los personajes en mis libretas y hablaba de eso hasta hartar a mi amiga Ale -gracias, Ale, por aguantarme y jamás desalentarme con malas reacciones-

Puedo decir con seguridad que esa fue mi época -al menos hasta hoy- más prolífica. Escribía un montón y amaba mucho lo que estaba escribiendo. No había nada ni nadie que me hiciera desistir de mi historia. Yo creía en ella, yo creía en mis personajes y creía en todo lo que estaba invirtiendo en ella. 

Una triste noche había pasado las últimas dos horas escribiendo alrededor de cuarenta hojas para el final de la trilogía -y que me daría pie para escribir una cuarta parte- y justo cuando lo iba a guardar, alguien llamó a la puerta de mi cuarto. Ya no puedo recordar si fue alguno de mis padres o mi hermana y el punto es que me distraje al hablar con esta persona, le di "no guardar cambios" y se perdió todo mi trabajo. Me quedé estática por algunos segundos, intentando procesar lo que había pasado y cuando por fin mi cerebro agarró la onda me SOLTÉ LLORANDO PORQUE OH DIOS POR QUÉ ME PASABA ESTO, POR QUÉ ME PERMITÍAN SER TAN ESTÚPIDA.

Me sentía devastada, me sentía humillada por mi propia torpeza, me sentía estúpida e indigna. 

Esa fue la primera vez que pensé en quitarme la vida.



Ya sééééééé que paso mucho tiempo quejándome y haciendo bromas sobre matarme y chalalá. Ya sé que paso a incomodar a montones y montones de personas con mi humor oscuro y macabro. Y también soy perfectamente consciente de que muchas veces esas bromas y esa acidez, esa oscuridad se puede interpretar como gritos de ayuda -lmao, sí estoy pidiendo ayuda, pero no ocupo el humor para eso-

En ese entonces tenía quince años y cuando perdí esas cuarenta hojas que obvio no pude recuperar porque el miedo, la confusión, la ira y el dolor me trabaron por varias semanas y me quedé corta de vista porque no supe cómo intentar solucionar mi problema. Tenía quince años y a los quince años cualquier desperfecto o inconveniente se siente como el fin del mundo.
Pero aunque lo pensé con mi característica impulsividad y como es obvio, no lo llevé a cabo.

Me sentía tan desesperada y tan triste, tan inútil y tan humillada... que pensé que la única manera de dejar de sentirme así era matándome.

Mal consejo, tbh.

No me atreví a atentar contra mi vida porque de inmediato pensé en mis papás y en mi hermana. Pensé en mis pocos amigos. Pensé en mi demás familia. Y pensé que si bien, era una historia que me gustaba mucho, tampoco quería que fuera la última que yo escribiera.

Por temor a fallar, por temor a decepcionar, incluso por temor a no saber qué sigue luego de morirse, no lo hice. Deseché esa idea de mi cabeza y jamás se lo dije a alguien. Pienso, ahora, que si quizás le hubiera comentado a alguien cómo me sentía no habría llegado hasta este punto, quizás. Pero temí lo que otros pudieran pensar de mí.

Y es que, ¿cómo se pide ayuda?

-Hola, ¿cómo estás?-
-Bien, gracias, ¿Y tú?-
-Mal, fíjate que el otro día pensé en matarme por un problema que tuve, ¿me ayudas?-

La otra persona podría pensar PERO AYUDARTE A QUÉ, PERRA??

Tenía quince años. Estaba en segundo semestre de preparatoria. Tenía miedo de mis maestros nuevos y mis compañeros nuevos. Tenía miedo de mis padres, de mi hermana. Tenía miedo de mis viejos amigos. Tenía miedo de mí misma.


Y no supe cómo pedir ayuda. Pensé ingenuamente que sería algo que se iría con el tiempo o que ya lo superaría. Cosas de adolescentes, ya saben. La intensidad de mis pensamientos y el impulso de ser fatídica y extremista. Crecería y eso se quedaría atrás. Escribiría otra cosa y eso me ayudaría a olvidar cómo alguna vez me sentí.




Con el tiempo no puedo asegurarles que eso se fue, sin embargo, mis arranques de tristeza y desesperación nunca fueron tan profundos e intensos como aquel que tuve en mi adolescencia. 

Sentía tristeza y desesperación, frustración, miedo y horror como cualquier otra persona. Creo que lo resiento más debido a mi carácter sensible, introvertido y socialmente consciente af.
Podía bromear sobre morirme, suicidarme o cuál fuese la situación que me llevara a la muerte eterna. La gente a mi alrededor con el tiempo se acostumbró y lo tomó como era: bromas. Pero incluso aunque yo me reía a grandes carcajadas, podía ver la duda y el miedo de mis amigos y familiares en sus ojos cuando me veían decir algo de esa naturaleza. 
Un dude incluso con quién ya estaba compartiendo algo más que mi tiempo intentó amenazarme con dejarme si seguía con esas bromas de mi muerte porque le alteraba los nervios considerar alguna realidad alterna o universo paralelo en el que yo sí llegara a hacerlo y aunque en ese mismo segundo le aseguré que jamás lo haría, creo que me di cuenta de que fue la primera y única vez que le mentí.






Hace dos años, más o menos, por allá de mitad de noviembre, salí con dos buenos amigos a un bar. Como ya escribí en ocasiones anteriores, me puse hasta la madre de ebria. Fue mi primera borrachera en serio. No necesité de mucho alcohol para acabar mareada, arrastrando las palabras y riéndome hasta del viento frío acariciando mi cara.

Era una buena noche. Había muy buena música y estaba con mis dos amigos jugando "Yo nunca nunca" y todo se sentía bien. Una parte de mi ser quiso sentirse bien, pero la otra parte, la mayoría, era pura oscuridad y vacío desde que mi tío favorito, semanas atrás, había fallecido de la nada. Yo todavía no lo entendía. Creo que aún no lo entiendo, y tal vez nunca lo haga, pero en fin. Según yo ya estaba más de humor para salir el mundo a vivir y chalalá. A regresar a la normalidad...

¿Pero qué pinche normalidad hay en una chica de veinte años que se tuvo que escapar un momento al baño para tragarse unos analgésicos que guardaba en su bolsa? ¿Qué pinche de normal hay en alguien tan joven queriéndose, realmente intentando sin mucho esfuerzo ni mucho pensamiento frío de por medio, en matarse?

Como resulta obvio NO FUNCIONÓ, porque mi cuerpo rechazó el alcohol al cabo de unos minutos y las pastillas también y terminé vomitando por todo el pasillo del bar. Mis amigos no se dieron cuenta sino hasta hace un par de meses que yo hablé con ellos y se los comenté. Nadie sabía. No se lo comenté a nadie. Ni siquiera yo misma fui consciente de lo que hice sino hasta semanas después, cuando me tomé un tiempo a meditarlo.

¿Me sentía de verdad tan triste que quería acabar con mi vida? ¿Es que ya no había esperanza, ya no sentía esperanza?

Fue tan impulsivo, tan rápido, tan espontáneo todo el asunto que no supe qué fue lo que en verdad estaba sintiendo.
¿Me sentía triste porque mi tío fav había fallecido? ¿Tenía en algo que ver mi separación de este dude de quién me había enamorado? ¿Qué era lo que estaba pasando en mi interior?

lol




Pero al final, ¿Importan mucho esos motivos? Quiero decir... ¿Puedo cambiarlos? No. No puedo cambiar el hecho de que mi tío fav esté muerto. No puedo cambiar la manera de ser de este dude con quién seguí y luego ya no y luego nos separamos seis meses y luego regresamos y luego otra vez ya quedó en out. 
¿Puedo cambiar el hecho de que las personas en quiénes confío me traicionen? No. 
¿Puedo cambiar el hecho de que tengo defectos? No.

No puedo.

Lo que puedo hacer es pedir ayuda y calmarme un chingo. Creo.


Escribo esto no con la esperanza de darles fe a los demás o que se inspiren o que se quieran matar o que terminen sintiendo lástima de mí. Es algo que tengo guardado desde hace dos años, no todos lo saben...

Pero hoy lo hago público y con todo lo que eso conlleva. Me asusté, obviamente, porque nunca pensé que estuviera tan mal en aquél noviembre. A veces que lo pienso me asusto todavía porque no me creía capaz de algo así.

Y aunque fallé miserablemente debido a que es evidente que no tenía un plan para suicidarme, igual algo dentro de mí me llevó a hacer lo que hice. Y me da vergüenza y me da tristeza y me da mucho miedo. Pero creo que reconocer que algo anda mal es el primer paso.


Se los comparto porque este es mi blog y aquí escribo cosas de mí, de cómo veo al mundo, de cómo soy yo. No quería dejar escapar la oportunidad de iluminar ese recóndito y oscuro lugar dentro de mí, porque si les voy a hablar de cuán compasiva y generosa e ingenua y amable soy, también les voy a hablar de esa vez que me sentía tan perdida y tan muerta por dentro que mezclé alcohol y pastillas.

Pidan ayuda, amigos.

Yo lo voy a hacer.

viernes, 21 de julio de 2017

La voz de los que no hablan

Leyendo entre mares y mares de reviews y recomendaciones de películas, me topé con una bastante interesante sobre esta nueva película, Okja. Una película original de Netflix con un animalote digital y pues como a mí me gustan mucho los animales, POR SUPUESTO QUE QUISE VERLA.
Dura alrededor de dos horas, más o menos, y cuenta con actuaciones de actores populares como el shavo asiático de The Walking Dead, Steven Yeurn (al que mataron con un bat envuelto en púas, lol), Jake Gyllenhall -el ex de la Taylor Swift, sí, ese que inspiró We Are Never Ever Getting Back Together-, y Tilda Swinton, una mujer muy pálida y muy famosa que seguro han visto en más de alguna película COMO LA BRUJA DE HIELO DE LAS CRÓNICAS DE NARNIA, además de que sale Lilly Collins y esta chavita asiática protagonista. Bueno, el asunto va así: Una cadena de transgénicos "ambientales" manda a unos súper cerdos que dizque descubrieron en Chile a varias granjas de diferentes países para ver cómo crecen y dónde está mejor la crianza para que posteriormente se haga un concurso de súper cerdos. El proyecto se tardaría diez años en dar frutos, por lo que Mija, una niña que vive con su abuelo granjero, crece con ella, Okja, una súper cerda, creando un lazo de amistad que va más allá de lo real...

La película trata temática de la explotación animal, la crueldad de las empresas, el consumismo, los grupos radicales en contra, y esos temas son súper sensibles e importantYA ESTOY LLORANDO DE SÓLO ACORDARME.

Al final de la película -que ya los últimos veinte minutos se me hicieron lo más difícil de ver, quería que se acabara ya todo- me quedé con una sensación de vacío, de golpe, de culpa, de tristeza, de dolor... de impotencia. Porque sé que lo poco que hago NO SIRVE DE NADA CONTRA ESTAS INDUSTRIAS BASTARDAS E INHUMANAS.



Si han puesto atención a las últimas tres ediciones de este blog, soy vegetariana entregada a la vida lo más alejada al sufrimiento animal por diversas razones, pero entre las que más me importa es mi creencia de que los animalitos y las plantitas son tan dignos como yo.

Ingenuamente a los dieciocho años creí que podría hacer una pequeña diferencia si dejaba la carne, si dejaba de consumirla, si dejaba de ir a los zoológicos, si dejaba de ir al circo. Si dejaba de consumir maquillaje que prueba con ellos, si dejaba de entrar en las tiendas que trafican con piel, que si dejaba yo de siquiera pisar hormigas, matar a los mosquitos, etcétera, algo iba a cambiar. Y durante estos últimos cinco años, aunque no vi ningún cambio palpable en el mundo, yo iba por ahí creyendo que algo estaba dejando atrás.

Pero no. Vi esta película y vi el poder que una persona tiene en este medio... pero aún así no es suficiente. 
Y qué triste. Qué devastador.

Qué horrible.



Qué horrible no saber cómo desarmar todo este infierno. Qué horrible estar consciente de todo el sufrimiento que las demás criaturas, nuestra familia, tienen que vivir cada maldito día durante sus vidas y que a pesar de saberlo no podamos hacer nada. No podamos hacer mucho. Qué horrible no poder ir a destruir sus celdas y dejarlos libres. 
Qué horrible no tener ese poder.

Qué horrible escucharlos llorar cada noche.




Sé que es bien difícil que realmente lo que yo hago y pienso y diga y crea tiene un impacto allá afuera en el mundo real porque o sea jelou? nadie me conoce. Pero es frustrante. No hay muchas personas que compartan esa visión... De hecho, yo no conozco a otra persona vegetariana dentro de mi grupo de amigos y qué sad.

Es triste porque, entonces, si yo no estoy haciendo nada, si mi esfuerzo se pierde entre la multitud... ¿Por qué no soy como los demás? Así me quitaría de problemas. No sufriría a la hora de buscar un lugar para comer. No sufriría para encontrar zapatos, maquillaje, ropa, bolsos... NO SUFRIRÍA. La vida sería mil veces más fácil. La gente no se burlaría de mí cada vez que me sintiera mal porque matan a un animal o cortan a un árbol.
No sufriría en absoluto.

ENTONCES POR QUÉ NO LO PUEDO HACER SI ES TAN BUENO

De esa manera podría dormir en las noches. Y ya mi corazón dejaría de sentir tanta tristeza y dolor.



Pero no lo voy a hacer, ¿Saben por qué? Porque me gusta mucho sufrir y llevarle la contraria a todos. Porque no sé cómo despegarme de estas ideas que no sé ni de dónde vinieron. Porque, si soy como los demás, entonces no soy mejor que los de esas corporaciones. No soy mejor que quiénes roban a estas criaturas, les quitan el corazón y se beben sus lágrimas. No soy mejor.

¿Y se trata de ser mejor?


¿Quiero ser mejor persona que ellos?
¿Es más fácil ser mejor persona que ellos?
¿Realmente soy mejor persona que ellos?

Mis pretenciones aquí no son ponerme en un pedestal ante la raza humana. No soy ninguna santa ni soy perfecta ni nada.
Yo sólo quiero vivir en un mundo donde todas las criaturas del planeta tengan la oportunidad de experimentar el amor, de sentir el amor por los demás, de vivir en armonía, de ser una gran familia...
PERO CREO QUE ESTOY APUNTANDO MUY ALTO.


Pero creo que con el combatir el maltrato desde los circos, los zoológicos, los experimentos, la tauromaquia, las peleas de perros y próximamente las de los gallos ya es un gran paso. Vamos ganando terreno y creo que eso es muy importante. No desisto por eso. Porque tengo la seguridad de que hay más personas como yo, haciendo verdaderos cambios en el mundo y me motiva mucho pensar que hacen más y mejores cosas por el mundo que yo. Eso es muy genial.




En fin. Supongo que este hilo incoherente de ideas no va a pasar a la historia como mi mejor post. Estoy llena de sentimientos, siempre escribo con la cabeza caliente -porque difícilmente tengo la cabeza fría, lol- y bueno... Estas reflexiones tampoco son lo más profundo que he llegado a pensar.

Sé lo que creo, tengo seguridad en ello y soy feliz viviendo así, pero esta película fue como... una invitación a replantearme todo. Mi conclusión sigue siendo la misma:

Amo a los animales y amo a las plantas. Son mi familia y yo soy familia de ellos. Tienen el mismo derecho a una vida digna, libre de maltratos y miedo, tanto como yo. Y aunque mi estilo de vida y mis sermones y mis conductas ayuden muy poco y se pierdan en el mar de la indiferencia, dentro de mi burbuja me siento un poco bien. 
Tal vez no puedo impedir -todavía- el consumo de los miles de perros en el festival de Yulin en China, pero puedo enseñarle a mis alumnos y a mi familia y a mis amigos, a quién sea que me esté escuchando, a respetar la vida de las cucarachas y los demás insectos.

Y podrá no ser mucho, pero de veras lo estoy intentando por amor a ellos y por fe en mi creencia.




miércoles, 19 de julio de 2017

Cosas que deberían decir sobre crecer

Crecer es esa parte mega incómoda de cualquier ser vivo porque es el proceso en el que todo es raro, nada es igual, todo crece, todo es desconocido y oh, la vergüenza de no saber qué diablos está pasando es abrumadora.

Tengo veintidós años, oficialmente ya pasé la edad legal, pero difícilmente me considero a mí misma una adulta aunque mi IFE (A mí todavía me tocó el IFE, so IFE se queda alv) demuestre lo contrario.
Siento que me dormí con doce años y me levanté con veintidós, aunque siendo sincera no es que haya cambiado mucho desde entonces. Sí, aprendí un montón de cosas más, descubrí muchos aspectos de mi persona y del mundo y recibo visitas periódicas de la fastidiosa menstruación, pero por dentro sigo sintiéndome igual de asustada y confundida con lo que sucede a mi alrededor.

No creo ser la única.

Incluso cuando de vez en cuando me embriague hasta la inconsciDIGO, a veces haga cosas de "adultos", lmao, por dentro sigo con la sensación de que estoy aprendiendo a usar la bicicleta. Es aterrador, emocionante y sé que inevitablemente me tropezaré con alguna grieta o alguna piedra y saldré volando para terminar estrellada en el frío pavimento de la realidad. En una cadena de sucesos que parecen no tener sentido ni relación, hay algunas cosas que he aprendido a leer entre líneas. Ojalá alguien me hubiera dicho en su momento lo que a continuación voy a retratar con toda la fidelidad y honestidad de la que soy capaz:






1.-No estamos completos y probablemente nunca lo estaremos:

He hecho bastantes viajes intra-personales pero no porque yo haya querido, sino porque en el momento me veía cuestionada por cosas que ni en mi mente se me habían ocurrido, por lo que muchas de mis reacciones y respuestas fueron mentiras.

No porque me escondiera o estuviera avergonzada de mí misma, sino porque no sabía realmente qué era lo que estaba buscando, o qué era lo que me preguntaban.

Está bien no tenerlo todo descubierto a los dieciséis años. Nadie se descubre totalmente, tal vez cuando se muere sí, pero antes de eso no lo creo.

Amaba yo a los animales, todavía los amo, desde muy niña los amé y sin embargo, me descubrí a mí misma siendo vegetariana a los dieciocho años, sin embargo, a los siete años me di cuenta de que me dedicaría el resto de mi vida a escribir, a crear universos, personajes e historias para contar.

Hay cosas que vamos descubriendo de nosotros mismos a lo largo de como vamos viviendo. Relax, Mariana del pasado, está bien no saber todo entero de ti ni estar segura de todo.



2.- Está bien ser como eres mientras no seas un completo cabrón/a:

Hay mucha propaganda hoy en día de "Sé diferente si puedes" o "Quiérete como eres" o sus complejos por querer ser raros y especiales. Ugh.
Pero en el primer momento en que realmente se topan con alguien totalmente diferentes abrir prejuicios idiotas contra estas personas.
Nel.

Lo sé porque he pasado por eso. Ojalá me hubieran dicho cuando crecía -y todavía, ya gracias a Diosito que conocí personas que me animan a no abandonarme por completo- que está bien ser como soy. Toda... rara y con mis asuntos. Ojalá me hubieran dicho que ser diferente es algo bueno y no algo de lo que me tenga que avergonzar. Ojalá se hubieran tomado el tiempo que se tomaban para remarcar cada rasgo que me hace diferente a los demás en tono de burla en oportunidades para llegar a conocerme.
Ojalá no me hubieran querido cambiar. Ojalá no me hubieran hecho desear ser como los demás...

Pero, por otra parte pienso que está bien que haya tenido que pasar por ese infierno porque quizás eso construyó algo de lo que soy hoy y quizás por eso siempre meto las manos -y la cara, y mi nombre, lol- por las minorías, los que no encajan, los "raros".

Está bien ser como se es: Homosexual, ateo, punk, emo, sarcástico, detallista, romántico, atlético, bisexual, cristiano, comunista, asexual, negro, asiático, latino, alto, chaparro, con lentes, con silla de ruedas, vegano, etcétera etcétera. 

Aquello que nos hace diferente es lo que nos da la plataforma para aportar al mundo. No lo olviden. Eso que nos hace únicos es nuestro escalón para llegar alto y lejos.




3.-Tu cuerpo es sólo tuyo y sólo tú sabes qué hacer con él:

Me ha costado mucho trabajo sentirme cómoda en mi propia piel por diversos motivos que no me apetece mencionar hoy, sin embargo, recalco lo importantísimo que es esto:
Tenemos sólo un cuerpo, debemos cuidar de él como mejor podamos y entendamos. No olvidar todas las cosas maravillosas que nuestro cuerpo hace y nos puede dar a diario. Agradeciendo todo lo bueno -y lo malo que podría conllevar-.
Quererlo, admirarlo así como es y cambiarlo si queremos y podemos hacerlo. 

Me metieron a edad muy temprana que mi cuerpo es un templo y debo respetarlo, pero nadie me dijo que como buen templo se adorna, se acondiciona, se USA. 

Y, háganse un favor: No se traguen los estándares de la belleza. La "belleza" es algo contextual y de temporadas. Lo que hoy creemos que es bonito -como la depilación, estar súper delgados, teñirnos el cabello de rubio, tener un bronceado perfecto y uniforme- mañana no lo va a ser. Las únicas cosas que permanecen eternas en el tiempo como belleza es aquello con lo que alimentamos nuestra alma y lo que dejamos ver a los demás dentro de nosotros mismos.




4.-Estar triste o enojarse es normal. No eres peor persona si te sientes así:

Hasta la fecha, a veces tengo pensamientos negativos, llenos de ira y al cabo de unos segundos de concebir ese pensamiento me regaño a mí misma porque PUES, MARIANA, ESTAR EMPUTADA ES ALGO TERRIBLE.

Pero... ¿Realmente lo es? Quiero decir... ¿Las personas no tenemos permiso de enojarnos? Porque de verdad he intentado no enojarme, no darle importancia a las cosas. Cada vez que me daban arranques de ira me sentía muy mal luego porque sentía que estaba ensuciando mi corazón con tintes oscuros, pero... ¿Al fin y al cabo, el negro no es necesario para la paleta de colores que necesitamos para pintar un bonito paisaje? No podemos aislar los sentimientos y considerar a unos superiores o más importantes que los otros. Eso creo yo.

Es igual de importante el sentirnos iracundos como el sentirnos alegres. Sentirnos tristes como sentirnos amados. Porque no hay arcoiris sin lluvia y si sólo sintiéramos calma y alegría seríamos seres incompletos, monótonos, aburridos...

Pero me ha costado mucho tiempo y lecturas y anécdotas increíblemente ridículas el llegar a esta conclusión. Como ya dije, sigo luchando contra esos residuos de una educación conservadora sobre mis sentimientos.

Todos los sentimientos son válidos y necesarios y humanos.

Sentir es humano. No hay que olvidarlo.





5.- Crecer es dejar ir:

Tenemos esa costumbre de confundir el "dejar ir" con el "perder". Yo misma, hace un instante, iba a escribir como número cinco "Crecer es perder" y PUES LOL, NO ES LO MISMO.

Crecemos cuando dejamos ir. De eso se trata crecer, básicamente es dejar ir y tomar algo nuevo. Estamos en el preescolar y dejamos ir a nuestros compañeros cuando, como en mi caso, concluimos los tres años en esos salones de colores y bancas de plástico.
Estamos en la primaria y al terminar los seis años la dejamos ir para tomar la secundaria. Dejamos ir amigos, ir a novixs, profesores, sueños, parientes, mascotas...

Dejamos ir partes de nosotros conforme vamos creciendo.
Esta dinámica de dejar ir y tomar cosas nuevas nos recuerda que NADA NOS PERTENECE.

A ver, vamos a repetirlo las veces que sean necesarias:

N A D A  N O S  P E R T E N E C E
NADA NOS PERTENECE
N
A
D
A

N
O
S

P
E
R
T
E
N
E
C
E

                                                                                                                                                                 ecenetrep son adan


Tenemos que tener bien presente esto. Vamos a dejar ir casi todo con lo que tengamos contacto en nuestras vidas, de alguna u otra manera, todo se disolverá bajo nuestros dedos.
Y es bonito y está bien, porque he ahí donde radica la belleza de la vida: Nada es para siempre. 

Se puede escuchar súper facílisimo ahora que lo escribo y yo sé que no lo es. Me cuesta mucho aceptar dejar ir a las personas, mis proyectos del futuro, partes de mí, mis etapas de vida...

Pero sé que tengo que dejarlas ir, a todos y cada uno de estos elementos, porque si los sigo sujetándolos con las manos no voy a poder tomar otras cosas más padres.

Nos va a doler, sí. Tal vez creamos que no hay salida luego de esto, pero la hay. Todo será oscuro y tendremos frío, sí, pero habrá luz al otro lado del túnel. Te lo prometo, PERO SIGUE CAMINANDO.






Crecer es muy difícil. Hay días-años, en realidad, lol- en que desearía nunca haber crecido. Que me hubiese gustado seguir siendo una niña inconsciente y risueña de tres años.
Pero también pienso en todas las cosas padrísimas que me habría perdido...

Una de las cosas que más suelo firme me han brindado es el crecer con otras personas que están igual de perdidas que yo. Al menos nos acompañamos y aprendemos de los otros.

viernes, 14 de julio de 2017

Las malas ideas

Estoy repleta de las malas ideas, amigos. A veces me despierto con unas ganas tremendas de lanzarme de cabeza a un agujero negro y a veces, sólo a veces, creo con todas mis fuerzas que estoy tomando una muy buena decisión.

No es que sea tonta, es que tengo mi percepción de la realidad un poco distorsionada -bueno, sí soy medio tonta-, pero en fin. Hace un par de días, semanas quizás, me encontré a mí misma recordando algunas de mis malas ideas, avergonzándome mil de ellas y luego regañándome internamente: ¿EN QUÉ CARAJOS ESTABAS PENSANDO, MARIANA?

Incluso cuando algunas de esas ideas tenían sentido en ese momento y en la posición en la que me encontraba, hay otras que de plano no tienen perdón de la humanidad y oh Dios, la cabeza la tendré en su lugar pero no me funciona como a los demás. Ugh.

Como sea, hoy les vengo a dejar un listado de cosas que fueron muy malas ideas para que no las repitan -o sí y me den la razón-
Les dejo la libertad de juzgarme de perra estúpida, porque, pues sí LAVERDADNOTENGOMADRE.





1.- Bañarme estando ebria:

Ya he escrito mucho de esto, pero lo cierto es que al inicio me pareció una muy buena idea. Yo llegué a mi casa caminando de ladito, apestando a alcohol y chicles de menta, con el labial medio corrido y despeinada. Todavía era una hora decente para tomar un baño, así que me dije: WHY NOT?, quizás hasta se me bajaba un pocoPERO NO.

Fue un gran lolazo a los dos días siguientes, pero en el momento sólo me sentía muy incómoda, mareada y humillada, sentada en un banco de plástico, desnuda, sintiendo el chorro de agua caliente chocar contra mi espalda y yo con la cabeza entre las piernas.

No me ayudó en casi nada, sólo para reafirmar la teoría que mi creciente alcoholismo estaba mermando muchos aspectos de mi vida, por ejemplo, el higiénico.

ugh.





2.-Tomar café a las nueve de la noche -o cualquier hora que pase de las cuatro de la tarde-:

El café es mi frienemie (amigo-enemigo) por muchas razones, pero lo cierto es que tomarlo a cualquier hora que me dé la gana porque mi gusto por él es tal que me vale el horario y lo que tengo que hacer al día siguiente es de lo más imprudente y estúpido que he hecho en mi vida. 
Luego no me la acabo.

Por eso a veces termino a las tres de la madrugada, dando vueltas en mi cama y pensando en cómo nuestra existencia es mínima y sin sentido comparada a la perfecta sincronización del universo.

De por sí ya sufro de insomnio, tomar tanta cafeína no me va a dejar nada más que problemas y sufrimiento PERO ME GUSTA MUCHO, PERDÓN.



3.- Ser yo al 100% adónde sea que vaya:

NO SÉ SI ES POR MI BAJA AUTOESTIMA o por todo lo que he tenido que vivir en el pasado, pero pues... tengo que calmarme un poco y dejar de ser tan intensa. No me suelo acoplar mucho a los lugares dónde tengo que desenvolverme, no hago el gran intento por entender o ser entendida por los demás y eso me ha dejado un sinfín de problemas e incomodidades.

¿Por qué, si es más fácil, sólo encajar con los demás y darles por su lado?

Porque soy súper intolerante ante la estupidez, ignorancia y odio, perdónenme. Eso sí: Yo hago lo mejor que puedo por pasar desapercibida, mientras haya menos gente alzándome las cejas y haciéndome gestos faciales, mejor para mí, pero si escucho o veo que dicen o hacen algo estúpido e intolerante, lmao, no puedo evitarlo.

Pero sé que debería evitarlo. Me siento como el Capitán América en esos momentos: Si veo algo incorrecto, no puedo ignorarlo.

Pero es una muy mala idea porque por dónde se me mire no tengo ventaja alguna: Soy joven y no tengo influencias ni dinero ni siquiera un plan decente por dónde llevar mi vida.  Tampoco es muy buena idea ponerme en plan de jueza a lo wey.

ya me voa calmar.





4.- No hacerle caso a Karla MicHELLe cada vez que me da su punto de vista sobre alguna relación mía. O sobre cualquier cosa:

Kar es mi mejor amiga y la amo un montón, de miles de maneras, de aquí hasta que todo el universo se muera alv, pero acepto que no siempre la escucho. Es más, casi nunca la hago, y cuando lo hago, igual la ignoro y tristemente siempre termina ella teniendo razón.

Que si tal relación romántica es tóxica, que si tal amistad es nociva, que si tal persona es problemática, que si mejor hay que evitarnos nuestros comentarios, que si chalalá chalalá. 

yo la escucho con atención y calma y reflexiono mucho en ello pero al final prefiero poner encima de sus juicios muy valiosos y objetivos mis estúpidas creencias de que todos son buena onda y no me van a dañar.

Alv, sí.

Ya te voy a escuchar más, Kar, I promise.




5.- Poner a Ingrid y a Diego en un mismo de grupo de WhatsApp por una madrugada entera:

OKAY, THIS IS ALL ON ME, I DON'T DESERVE BE CALLED HOMO SAPIENS :(

Pero, déjenme explicarles bien la situación y en caso de que no estén contextualizados, porque me parece que desde enero no escribo de ellos: Ingrid es alguien de mi pasado, una ex novia, y Diego es alguien también de mi pasado, un hombre de quién me turbo enamoré un chingo y él de mí pero por cosas del destino -y nuestros pésimos temperamentos- pues bueno, ahí se quedó. En fin. 

Pues yo tenía la ilusión de quedarme despierta una noche entera porque jamás lo había hecho, así que ellos dos -cada uno separado, obvio- se ofrecieron a hacerme compañía. Hubo un momento en la madrugada que me cansé tanto de estar saltando de conversación en conversación, que se me ocurrió hacer un grupo para estar los tres -why not? it sounds fun...- y los dos aceptaron estarlo. O ya no me acuerdo si no les pedí opinión, lmao, en cualquier caso, sé que ninguno se rehusó porque sabía que eso me haría feliz, incluso cuando yo estaba consciente que ellos nada que ver y que no se interesaban en lo más mínimo por el otro.

Estuvo bien los primeros... como quince minutos. Luego ellos dos se enfrascaron en una conversación de ajedrez -a ellos les mama más el ajedrez que a mí- y me dejarON DE LADO y pues me ofendí poquito porque o sea jelou, a mí es a quién le deben su atención y luego las cosas se volvieron mega raras cuando hicieron un comentario LOS DOS súper awkward sobre mí, casi como una competencia de a ver a quién yo le gustaba más.
Lejos de sentirme halagada -como si alguien se pudiera sentirse halagada por algo así, tbh, pero pues xxx-, me sentí muy nerviosa porque pensé que se iban a pelear o algo y luego cuando ya vi que todo era un "juego" medio hostil nada más, me incomodé alv.

Y ya.

Ha pasado el tiempo, creo que como dos años de eso y cada vez que lo recuerdo es como EN QUÉ ESTABAS PENSANDO, MARIANA, SI YA SABES CÓMO ERAN LOS DOS, O SEA WTF.

Me da risa y me siento muy avergonzada y prefiero hacer como que nunca fui tan estúpida pero... pues ya se los conté. Sí fui así de estúpida :(




6.- Enamorarse de un maestro:


lmao.

la. peor. idea. de. todas.

corre.

corre.

no. mires. atrás.

corre.

oh. my. god.









He tenido muchas terribles ideas en el pasado, como esa vez que me puse a tomar vodka y me quise morir y me tomé un par de pastillas LOL. O como cuando ignoré los guantes para lavar los trastes y terminé con una herida en la mano izquierda a causa de un cuchillo.

Podría escribirles todo una saga de mis historias relacionadas a mis pésimas decisiones, pero todo eso sólo serviría para que ustedes cuestionaran mi cordura -más de lo que yo creo que ya hacen-


¿Pero saben qué?

Creo yo que de las malas decisiones y las malas experiencias se obtienen las mejores historias.

O no.

Pero de algo han de servir.

XOXO


miércoles, 12 de julio de 2017

¿Ahora qué?

Ya regresé de mi hiatus de un mes y estoy lista y llena de cosas y anécdotas -unas más ridículas que las otras-para contarles, iniciando con el hecho de que recién un par de horas me titulé. Oficialmente tengo el título de licenciada en Educación Especial y me provoca una sensación de YAY pero también es como PERO ¿EN QUÉ MOMENTO SE FUERON CUATRO AÑOS AL DESAGÜE?


No sé por dónde empezar. 


Siento yo que debería estar más emocionada de lo que estoy, no sé si es porque me siento insatisfecha  por cómo se dieron las cosas en mi examen recepcional o porque estoy en negación de que soy una adulta civil, física y ahora con el respaldo de una formación o porque no quiero crecer o what the heck pero sí. Veo a mis compañeros, a mis amigas que se emocionan mucho. Se llenan de flores, globos, regalos, besos y palabras de felicitación Y PUES SÍ ME DA GUSTO CULMINAR ESTA ETAPA, no digo que no, digo que tal vez no me cae del todo bien la sola idea de que dejé de estar atada a algo, y que ahora soy libre y me siento perdida, oh Dios, para dónde voy, quÉ ESTOY HACIENDO CON MI VIDA.





Cuatro años.

Hace un par de noches me encontré a mí misma pensando, en medio de la madrugada, sobre cómo todo se había ido súper rápido. No tengo recuerdos muy claros de lo que sucedió en este lapso, eso sí, pero tengo la misma sensación en la boca del estómago. Una sensación cálida, que se retuerce, no lástima pero sí incomoda. ¿En qué momento todo se fue tan rápido? ¿Cuándo cerré los ojos y ya eran otros tiempos? ¿Y yo soy otra persona?


¿Qué está pasando?


Cuatro años, cuatro años.

Cuatro años, en los que mis amigos viajaron fuera del país, se casaron, consiguieron carro, se fueron a vivir por su cuenta, y yo....
Y yo ya me gradué.


Es una sensación agridulce, tbh. Porque ya me moría de ganas por terminar pero al mismo tiempo es enfrentarme al mundo que parece que se me viene encima. Porque mis papás, mi familia y mis amigos se sienten muy orgullosos de mí y al mismo tiempo, yo no siento que haya logrado algo fuera de lo extraordinario -incluso cuando sé el bajísimo porcentaje de los graduados y titulados en este país-
Porque sé que soy buena maestra y voy a seguir creciendo y al mismo tiempo, siento que es lo mínimo que puedo hacer por mi país, por los niños y por mí misma.


Cuatro años, cuatro años de mi vida que se fueron entre desvelos, pasadas de comida, largas hora de viaje en transporte público, marcatextos secos, carpetas atiborradas de hojas con garabatos casi ilegibles, manzanas a medio comer, libros maltratados por la mochila, olas de calor, lluvias torrenciales, carteras flacas, mucho miedo, muchas dudas y estrés infinito.

Todo eso culmina en esto: No en mi examen. No en mi documento recepcional. No en mi acta de examen. No en mi resultado del examen de oposición.

Culmina en mi siguiente paso. ¿Qué voy a hacer ahora que reducirá lo que hice en estos cuatro años? ¿Que lo resumirá, que lo ignorará, que lo hará significativo?


¿Hacia dónde voy a caminar ahora?





Tengo muchas cosas por hacer, de eso estoy segura. Algo dentro de mí late y es como si moviera mis piernas hacia un camino que se deslumbra opaco, sinuoso, desconocido. Oscuro y frío. Pero también veo elementos que conozco, veo caras familiares, siento manos amigables que me acompañan.

Sé que para dónde sea que vaya a dirigir mi vida hay gente detrás de mí que no me va a dejar caer, que me va a empujar y que va a estar ahí, conmigo.



Tengo miedo, y al mismo tiempo estoy emocionada.


El mundo, así como se me viene encima, se abre ante mí con un millón de posibilidades: Puedo ejercer dentro del gobierno, puedo ejercer fuera de él. Puedo seguir creciendo como estudiante, puedo estudiar algo más. Puedo escribir hasta que los dedos de las manos me sangren, puedo escribir hasta que las retinas de mis ojos se caigan.
Puedo vivir, puedo experimentar y puedo vivir más allá.


Puedo fracasar, puedo aprender, puedo lograr y puedo crecer.




Pero, por mientras hoy me pregunto... ¿Y ahora qué?


Pd:

Se aceptan sugerencias, tbh.



Pd2:

Gracias a quiénes me acompañaron en este largo camino lleno de espinas y piedras y agresiones emocionDIGO ya me entienden. Los amo mucho.

Pd3:

SE ACABÓ EL HIATUS. BITCH IS BACK!!