viernes, 3 de febrero de 2017

Ahorcándome Con el Hilo Rojo del Destino

Esta es la segunda versión del post para hoy. Normalmente sé de qué voy a escribir, de qué voy a quejarme, con qué voy a lloriquear o qué quiero decir. Últimamente no, todo me pone en conflicto. El mundo se cae a pedazos y mi vida personal también. Mis manos no son suficientes como para detener algo y sólo me queda mirar de cerca, sintiendo las gotas de sudor corriendo por mi nuca por presenciar las llamas del incendio frente a mí.

Estoy cerca del fuego, lo suficientemente cerca como para ponerme nerviosa y que mi cuerpo reaccione, pero lo suficientemente lejos como para no prenderme en llamas y morirme alv. En un limbo. Odio sentirme así.

Es culpa del mundo y es mi culpa. Si no fuera el mundo tan IDIOTA, no tendríamos que pasar por estas vergüenzas que estamos pasando en la actualidad. Si yo no fuera tan IDIOTA SENSIBLE creo que estaría bien indiferente, como ustedes, ante los acontecimientos horribles en nuestro planeta y sería feliz.
Tal vez.

Desear ser insensible es mi mecanismo de defensa. El único que he conocido y pues no me sirve de todas maneras porque desear no es lo mismo que hacer.
Otro día en el que no es bonis ser yo.

*suspira*

Pero a lo que vamos.

He leído varias veces el famoso mito, la leyenda urbana, ese rumor que corre por los pasillos de voz en voz, del hilo rojo del destino.



La historia va algo así: 
Originaria de Japón, la leyenda cuenta que un hilo rojo "del destino" une a dos personas. Todos estamos unidos a alguien por ese hilo que resulta invisible al ojo humano. No puedes romperlo; se puede tensar, se puede enredar, se puede acortar, pero nunca se romperá. "Del destino" porque el destino es quien participa para MANIPULAdigo para crear las oportunidades en que encuentres a esa persona con quién estás unido.

Me parece que tiene connotación romántica pero como es algo del destino, algo establecido, algo escrito, algo en lo que no tenemos elección, por supuesto que me aterra un poco.

Ser manipulada por fuerzas aleatorias del universo para que cumpla con lo que se me ha encomendado me parece un poco salido de una película de terror, perdón por lo poco romántica.


Normalmente no creo en cosas así. No me parece que tengan algún sentido y por el contrario, me parecen pobres excusas para justificar comportamientos extraños, acosadores y hasta cierto punto abusivos.
¿Pero qué sé yo, se preguntarán ustedes, si no me ha pasado?

Pues, creo que sí me ha pasado.




No sé qué tan destinada estoy a conocer a ciertas personas. No sé si ha sido cuestión divina- o de algún otro tipo de fuerza a voluntad- el hecho de toparme con alguien en mi camino.
Me da miedo pensar eso. Me gusta creer que fue pura suerte o que tengo buena puntería para elegir a las personas. Tal vez me gusta pensar así porque en realidad no me siento tan afortunada ni tan buena arquera como para tener tal tino.

Estoy rodeada de buenas personas, de eso estoy segura.

A pesar de todo, de mis creencias y, bueno, pues la lógica humana y el razonamiento, me han pasado ciertos sucesos sobre los cuáles me he replanteado toda mi existencia y todo en lo que creo.


Voy por la vida sintiéndome de alguna manera, pensando en algo, deseando algo y de repente se hace realidad. No sé a quién culpar. ¿Soy yo, quien con mi energía atraigo a este tipo de situaciones? ¿O es que la otra persona está tan conectada a mí que siente lo mismo que yo?


Como la carta de Diego en la navidad pasada, o como la disculpa de Karli ayer en la noche. Como mis opiniones sospechosamente similares con las de Ale. O los mismos pensamientos burlones y mamones que comparto con Fany. A veces Ingrid y yo decimos lo mismo en el instante.

Estoy tan segura que estoy sola dentro de mí misma que cuando suceden cosas así me hacen reconsiderar lo que soy. ¿Estoy o no sola? ¿POR QUÉ PASA ESTO?



¿Es que una es fácil de leer? Según yo, sí, lo soy, porque soy muy honesta e intento ser lo más transparente que pueda. ¿Según los demás? Soy bastante complicada de descifrar.

Tampoco creo que sea algo meramente romántico. Así como las almas gemelas, yo creo que el hilo rojo del destino -si es que existe- se extiende a algo más allá meramente amoroso. Si es que existe, siento que estoy conectada a tal punto con varias personas en diversos niveles. Como un complicado tejido de diferentes colores.

No hay muchas explicaciones para varias cosas que me suceden. A lo largo de mi vida he intentado hallarle el sentido a lo que me pasaba y sólo terminaba por frustrarme, sentirme triste y confundida y la desesperación me comía viva. No hace mucho acepté lo inevitable: La vida carece de absoluto sentido. A veces las cosas pasan y ya. ¿Habrá algo detrás? Quién sabe. ¿Importa realmente? ¿Eso supondría alguna diferencia? ¿Me haría sentir mejor el saber que estoy siendo manipulada como una marioneta?
Creo que nada de eso interesa.
Siempre es bueno conocer las razones de las cosas. A mí me gusta mucho conocer ese tipo de cuestiones pero también he aprendido que hay cosas que es mejor no saber.


¿Estoy atada a estas personas? O sea, por razón ajena a mi persona. ¿He estado atada a todos con quiénes me he relacionado, con aquellos quiénes han tocado mi vida, quiénes han contribuido a la construcción de lo que soy?

A lo mejor.

A lo mejor no.




Por hoy no sé qué más reflexionar o qué más decir.

¿Confiarme en una leyenda urbana japonesa o seguir luchando, sufriendo y pensando que aún tengo control sobre mis acciones?

En ambos casos suena a que me va a doler.


Y pues, quiero decirles que si me duele va a ser todo un honor.



-no tiene sentido, ya lo sé-


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