domingo, 19 de noviembre de 2017

Viviendo con Fany

Tengo miedo de escribir esto porque siempre que escribo de alguien en mi blog termina todo el asunto en la coladera. Así que ha sido con todos: con Ingrid, con Diego, con Aldo, con Karla, con cada nombre que ha desfilado por aquí todo termina MAL, MUY MAL, así que ya no sé si lo malo y el declive en mis relaciones personales se deben a mis pobres decisiones o  porque decido inmortalizarlos a través de letras en el internet. Ño sé. Pero también tengo muchas ganas de escribirles sobre mi experiencia con Fany, así que hice lo que cualquier persona cuerda haría: Le comenté que quería escribir de ella pero que corro el peligro de que termine odiándome o yo odiarla a ella luego de este post.

¿Vale la pena el riesgo?
Perder mi amistad con ella no va a valer absolutamente la pena, por nada del mundo lo haría. Pero voy a confiar en que, quizás contrario a lo que sucedió con Aldo y Karla, mi relación con ella no se verá perjudicada y arruinada por siempre.

Fany, tú mereces que yo te inmortalice.



El inicio de esta historia es como todo en la literatura: Una sucesión de "casualidades" que fueron forjaron una amistad. 
Yo conocí a Fany el primer día del curso introductorio de la carrera. Me senté junto a ella y durante una dinámica, me emparejaron con ella y empezamos a platicar. Al principio no había nada en ella que me llamara la atención.  Su cabello lacio muy bonito, blusa de los muppets amarilla y su ignorancia sobre Harry Potter no me impresionaron en lo absoluto, lo cual no decía mucho. Mis amistades son amistades mías porque algo en ellas me llama la atención, encienden luces dentro de mí. Y ella podía ser tan irrelevante como cualquier otra persona en la habitación, probablemente en la escuela entera.

Luego de esa dinámica y viendo que todos éramos nuevos y no conocíamos a nadie -bueno, yo sí conocía a mi amigo Chuy de la prepa-, ella y yo empezamos a platicar. Quizás porque no queríamos estar solas en un lugar así, o porque la conversación fluía con naturalidad, pero estuvimos juntas ese día. Y al día siguiente, y luego de esos también. 
Descubrimos que teníamos poco en común, al menos yo me di cuenta de eso, pero me calmé un chingo al respecto porque no es como que yo sea de gustos generales o que me guste juntarme con gente igual a mí.

Me cayó bien, supongo. Y nuestra amistad, como ya mencioné antes, se fue forjando a través de situaciones random, "casualidades" de la vida como algunos les llaman.
Nunca dejé de ser su amiga, ni siquiera cuando Karla y yo nos volvimos súper amigas íntimas y chalalá. Ella no dejó de ser mi amiga.

Pasábamos el día riéndonos de nuestros compañeros, de nuestros maestros, de todo alrededor, allá, sentadas en un rincón del salón con otras tres amigas en común. Poco a poco fui conociéndola mejor y me dejó una buena impresión: Fany era una persona muy bonita, pero también súper inteligente y con sentido del humor bastante filoso. 

Pero incluso aunque me impresionaba, también me intimidaba lo muy diferente que ella y yo somos: Ella es de conciertos, viajar, tener muchos amigos, tomar cerveza, salir de noche, tomar buenas fotos, tatuajes y buena ropa.
Yo soy de leer hasta que me duelen los ojos, y escribir hasta ponerme a llorar, ver series, salir sólo cuando mi paranoia me hace hablarle a los muebles, tomar en solitario y tomarme selfies con features de animalitos porque tengo doce años claramente.

Ella es tan madura, tan acorde a su edad, tan centrada, tan con los pies en la tierra. Y yo estoy loca y triste y soy muy rara.

Sinceramente, durante esos tres años de carrera escolarizada pensé que nuestra amistad no llegaría lejos. "somos muy diferentes", pensaba, "tengo más intimidad emocional con Karla", me decía a mí misma, "ella no me va a entender, se va a cansar de mí", en días malos esa idea me atormentaba. Yo estaba lista para cerrar el círculo en cualquier momento en que ella diera pauta para ello. "tengo más amigas", me consolaba cuando no nos veía futuro.

Y es que, lo cierto es que yo quiero mucho a Fany. En toda la carrera me sentí menos sola gracias a que ella contribuyó con su compañía. Pero las diferencias pesan, lo sé, me he tenido que despedir de buenas personas porque mi carácter y así como soy es algo complicado de soportar, de sobrellevar. 



Ella y yo nunca hicimos planes de nada. Cuando hicimos los trámites para tratar de conseguir una plaza del gobierno, ella y yo lo hicimos a la par. Viajamos al mismo lugar el mismo día a entregar papeles, nos inscribimos el mismo día, hicimos el examen en el mismo lugar, ella estaba sentada justo detrás de mí.
Ella fue la única amiga de la carrera que me acompañó en mi examen recepcional, y a diferencia de los demás en el grupo, ella nunca me pidió explicaciones de nada.



¿Y aún así tenía dudas? 
Aún así, sí, las tenía, pero como resulta obvio, nunca le dije nada.



Y así como es la vida, en los resultados del examen ella quedó casi la mitad de lugares más aventajada que yo. No había manera de que nos volviésemos a ver, casi apostaba mi trasero en eso. Y así como es la vida, nos arrojó a las dos a un municipio que más que municipio parece comunidad alv y me da claustrofobia de sólo pensar en ese lugar, y nos arrojó al mismo edificio, al mismo cuarto.


Fany y yo llevamos viviendo juntas alrededor de tres meses y medio y he aprendido un montón de ella y sobre todo, me he dado cuenta de muchísimas cosas:

1.- Que las diferencias no importan cuando quieres a alguien. Sé que en algún momento a Fany le turbo cargaaaaa alv que yo sea como soy, lo sé, yo paso casi todo el día harta de mí misma, pero no por eso ella ha renunciado a mí. Vean cómo es esto: Karla y yo éramos como una y Fany y yo somos como agua y aceite y vean qué amistad sobrevivió :p (que igual dudo mucho que alguna amistad hubiera soportado lo que soportamos Karla y yo el tiempo que lo hicimos BUT STILL ANYWAY)

2.-Que no debo tomarme la vida tan en serio. Algo que aprendí de Fany y que hasta el día de hoy le agradezco en silencio es que me enseñó a reírme de mi vida, a no tomármela tan en serio -porque igual me voy a morir y lo que haya vivido habrá valido bersh-, a reírme, a dejarla fluir. Dentro de mi problema de ansiedad y altibajos emocionales eso me ha ayudado muchísimo: A repensar cómo veo la vida, a redefinir cómo estoy viviendo. Que vivo por mí y para mí.





No importa qué tan diferente ella pueda ser de mí, yo veo aún cosas de mí en ella. Me reflejo un poco y estoy segura que ella se refleja también en mí.

No tengo problemas en hacer amigos, novixs, realmente, pero sí en mantener mis relaciones porque luego de un tiempo me entra el pánico o la ansiedad o la depresión y me aíslo totalmente. De todas las veces que eso me ha pasado, agradezco infinitamente que Fany jamás me haya exigido algo. Ella no me ha demandado explicaciones, ella no me ha demandado cambiar lo que soy.

Por eso también me di cuenta de que es súper inteligente. Ha sabido descifrarme en mis silencios, en mis cambios de humor, en mis pesadillas, en mis palabras, en mis acciones, hasta en mi tono de voz.

No hace preguntas innecesarias, invasivas o morbosas.
No me mira con lástima ni con recelo.
No me grita de cosas cuando le fallo.
No me hace sentir mal conmigo misma por mis defectos -que son un montón, lol-


No se exaspera cuando le digo que salgamos y en la noche cambio de opinión y prefiero quedarme a poner mala cara mientras miento madres en twitter.
No se enoja cuando le digo hasta el cansancio "los hetero son raros", aún sabiendo que ella es hetero y puedo estar burlándome de ella.


Es paciente, muy paciente conmigo y compasiva también, porque créanlo o no, sé que soy turbo genial y muy artística pero también estoy consciente de lo complejo que es co-existir conmigo. Le agradezco mucho el que no me deje morir de hambre -es súper buena cocinera, estaría celosa de ella si no fuera porque me comparte de su súper poder-. Le agradezco que me acompañe en silencio, le agradezco que no me haga preguntas incómodas. Le agradezco que se preocupe por mi bienestar. Le agradezco que esté ahí para mí, incluso cuando yo no quiero estar para nadie.


Fany es un alma única. Es resiliente, es inteligente, es bellísima, es compasiva y tolerante. Sé que luego de la muerte de su madre ella se siente destruida por dentro, pero ni siquiera eso le quita lo que es ella. Y eso a mí me da mucha fuerza. De alguna manera, he aprendido a ser más valiente y más fuerte con sólo compartir un tiempo con ella.




Quisiera poder decir que ahora tengo la seguridad de que vamos a ser amigas por siempre. Lo que he aprendido en mis veintidós años es que nada es para siempre y la vida es culera y todo cambia en un abrir y cerrar de ojos.

De lo que sí tengo seguridad es que gracias a ella ya no seré lo que era. Soy mejor gracias a ella.




Gracias, muchas gracias, Fany, por compartir lo mejor de ti, gracias por no avergonzarme por lo peor en mí. Pero sobre todo, gracias por dejarme crecer contigo. 

Te quiero mil millones, de aquí hasta que todos se mueran alv.
Tienes a una buena amiga en mí por el resto de la existencia, no importa que yo me haga súper rica escribiendo libros el siguiente año, no importa que me suicide a los veintiséis años, no importa que un día te hartes de mí y me odies y te vayas.
Aquí voy a estar.



<3



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