viernes, 26 de mayo de 2017

Lo que no te digo

Son muchas cosas.

Incluso para ser alguien tan introvertida como yo, no siento mucho remordimiento a la hora de quejarme, de aliviar un poco mi dolor interno al hablar de lo que me angustia con quién esté dispuestx (y despiertx, lol), o en su caso, escribir sobre ello. Vieran lo terapéutico que resulta escribir tus dolencias y luego quemarlas alv.

No he sido honesta, lo cual es extraño porque suelo serlo mucho.
No he sido abierta, porque tengo mucho miedo.

Estas últimas tres semanas, o poquito más, he estado dándole vueltas a las cosas, concentrándome en problemas del mundo y de mi trabajo, intentando ahogar esa voz en mi cabeza que me pide hablar sobre lo que estoy sintiendo. No quiero hablarlo, ni conmigo ni con nadie, porque tengo mucho miedo.

A veces funciona, ¿Saben? El hecho de dejar de hablar de ciertos tópicos hace que su recuerdo se desvanece y duela menos cada día.
A veces no.

Y esta situación es algo que no se irá tan fácil, no importa cuánto la ignore, cuánto me emborrache o cuánto quiera fingir que sigo enamorada de alguien más y sigo sufriendo por eso pero todo es una burla y una falsedad.
No se va, por mucho que suba el volumen de mis canciones y me pierda entre páginas de libros que ya he leído.

No se va.


¿Y lo peor? Lo peor es que todos se dan cuenta. No necesitan acercarse mucho. Mirándome a los ojos se percatan de que algo anda mal, de que algo "raro" traigo.

Y es que, ¿Cómo se explica esto? Algo raro. "Algo raro".



No soy capaz ni de siquiera admitirlo conmigo misma. No puedo decirlo en voz alta, incluso cuando yo soy la única persona en la habitación. No puedo. Tengo mucho miedo.

Siento que me ahogo y no sé cómo quitarme esto de encima. Siento que alguien tiene su pie en mi cuello y en cualquier momento va a aplastar mi garganta POS YA PONLE FUERZA, AMIGX Y TERMINA DE MATARME :(


Me levanto todos los días con la firme convicción de que esto que siento se irá eventualmente. Que es consecuencia de mi estado actual y que en cuanto éste cambie, todo se resolverá. Lavo mi cara y ahí está, brillando en mis ojos, bailando al ritmo del peligro que esto representa.

Alguien puede verlo. Alguien se va a dar cuenta. Alguien me acusará, frente a todos, de cada pecado que he cometido desde que esta flama se prendió dentro de mí y voy a valer madre, padre, berga y todo al cuadrado.

Tengo miedo. El costo, el riesgo que debo correr, es muy alto, no puedo darme el lujo de perder algo, alguien que significa tanto para mí. Que me ha salvado en más de una ocasión -emocional y físicamente, lol-

Pero, ¿A qué le temo tanto?
La cuestión es esa. Al no ser capaz de ni siquiera articular lo que pienso y siento, no sé a qué le tengo miedo. Pero el miedo es oscuro y frío y en cualquier momento aprisiona.

Ellos saben.





No tienen ningún pinche sentido esto que escribo, así que agradezco a todos los que han leído hasta esta parte.
Suena más complicado de lo que es.

El lunes de esta semana fui a comer con una amiguita a quién adoro un chingomadral y a pesar de que ella es muy distraída, nada más necesitó verme a los ojos para preguntarme:

¿Todo bien?


No sé si fue porque me tardé un poco en inventarme alguna excusa o mentira -normalmente ya planeo lo que voy a decir en caso de que esté consciente de que voy mal a algún lugar-, o porque me miró a los ojos esperando mi respuesta o que estuve al borde del llanto pero se percató de que algo andaba mal.

No supe explicarle bien. Ni yo misma me entiendo. Lo cual es extraño porque en realidad no creo ser alguien tan difícil de entender.



De vez en cuando me dan ganas de hablarlo con alguien y entonces reviso la lista de mis contactos: Uno a uno los voy descartando hasta quedarme sin nadie. Por alguna u otra razón, nadie llega al punto esencial.

No sé si se deba a que los creo incapaz de ayudarme, o porque siento que esto no es nada. A lo mejor tiene que ver con que no conocen la historia y no me apetece repetirla. O tal vez porque sé que no importa lo que me digan, ignoraré los consejos y seguiré sufriendo alv.



Recuerdo que una vez hablando con mi amiga Fany, le hice un comentario que le gustó tanto que lo puso en feisbuck y fue algo así:

No nos damos cuenta de lo solos que estamos hasta que necesitamos ayuda. Queremos ayuda y no sabemos pedirla, no sabes con quién pedirla, no sabemos qué pasa.


Estoy en este hoyo de confusión y frustración.







No voy a alargar esto. Ni este post ni mi sufrimiento, porque es evidente que es en vano.



En algún punto me veré obligada a arreglar esto y lo tendré que enfrentar, así sea que alguien me empuje con un pie para que lo haga.

Como siempre digo, voy a estar bien. Siempre me las arreglo para estar bien.




Gracias por leer este desastre :) XOXO

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