viernes, 19 de mayo de 2017

Ya me tienes hasta la madre, Méjico

Feliz día de la madre y el maestro, atrasados. Las últimas dos semanas han sido una locura (siempre digo lo mismo del tiempo en mi vida, tbh. Prueba irrefutable de lo arruinada que me siento, no me menosprecien) y cada día que pasa siento que todo se vuelve un agujero más estrecho, más oscuro, más frío y el miedo con el que me he estado despertando es asfixiante y hasta cierto punto me incapacita de hacer muchas cosas.

Me cagas, Méjico y me caga aún más tu gente.

-PERO, OYE, MARIANA, POR QUÉ TANTO ODIO CONTRA EL PAÍS QUE TE VIO NACER Y LA GENTE QUE COMPARTE TU NACIONALIDAD???- se preguntarán ustedes y déjenme decirles que si no han estado leyendo las noticias, escuchando la radio, viendo la televisión, usando el internet... si básicamente han estado en coma fármaco-inducido, drogados hasta el culo o cualquier tipo de trance que involucre drogas alucinógenas, legales o no, o si están viviendo en un lugar chingón como Amsterdam (Holanda, pls adóptame, juro que soy buena ciudadana. bueno, más o menos), quiero decirles que el país donde nací y donde actualmente resido, se está cayando a pedazos.

Una analogía cools: -no tan cools, perdón si se ofenden-
 Méjico se cae a pedazos como la piel muerta de un enfermo de lepra.


Hace un par de días me encontré a mí misma pensando: No sólo basta con que mi vida personal se esté jodiendo bastante, también el pinche país y el chingado mundo tienen que ir a seguirme el juego y combinar.

Oh, Dios, ayúdame.




No quiero hablarles de esto. Estoy bien estresada y sólo voy a terminar emputadísima (más de lo que ya estoy, si es posible), y me voy a sentir sin esperanza y voy a querer rendirme y el dulce alivio de la muerte parece tan lejano...


Lo cierto es que, amo a mi país. Amo a sus pobladores, amo a sus tierras. Amo su historia, amo su patrimonio y contribución con la humanidad. No hay nada que no haría por Méjico...


Pero me dueles, Méjico. Me estás doliendo un chingo. Como una rosa que debería ser flor en mi interior, lo que parece crecer son espinas que nada más me desgarran órganos que no son lo suficientemente importantes como para que su hemorragia me provoque una muerte segura.

Méjico, te amo, pero me estás matando.


Estás matando periodistas, estás dejando que maten periodistas honestos y valientes y con ellos me estás matando a mí.

Estás matando mujeres, estás dejando que maten mujeres valiosas y buenas y con ellas me estás matando a mí.

Estás matando maestros, estás matando madres, estás matando familias, estás matando animales, estás maTANDO A TUS HABITANTES, ESTÁS DEJANDO QUE SE MUERAN EN TUS TIERRAS, ESTÁS DEJANDO QUE LOS ENTIERREN EN TUS ENTRAÑAS, ESTÁS PINTANDO TUS SÍMBOLOS CON SANGRE, SE ESTÁN LLENANDO DE LÁGRIMAS TUS MARES, TE ESTÁS EXTINGUIENDO Y CONTIGO, NOS ESTÁS EXTINGUIENDO A TODOS.


:(





¿Qué les digo que no sepan ya, amigos compatriotas, mejicanos con privilegio de saber leer y saber usar y tener internet?

Neta que me despierto a mitad de las madrugadas, bañada en sudor y con muchísimas ganas de llorar, porque tengo un chingo de miedo. Y ya me cansé de tener miedo.


Tengo miedo de que mis papás se vayan a trabajar y jamás regresen. Tengo miedo de que mi hermana se vaya a la escuela y jamás regrese. Tengo miedo por mis amigos, mis compañeros, mis familiares, mis fans, mis alumnos, mis parejas, tengo miedo por todos, maldita sea.

Con tanta cosa horrible que está pasando, es estadísticamente sensato hacerme a la idea. Méjico se está convirtiendo en un cementerio que pronto nos alojará a todos, lo quieran o no.

¿Y alguien hace algo?

Nops.

Porque k pinche hueva luchar por alguien más, la neta. (Así funciona su lógica, ¿No?)

Y los que sí se atreven a hacer lucha solos, terminan muertos.

Ahí tienen a Javier Valdez, Miroslav Breach, Maximino Rodríguez, Moises Sánchez, Juan José Roldán Ávila y tantos más, sólo en este año. ¿Su crimen? Ser periodistas y reportar la verdad, lE DOLIERA A QUIÉN TUVIERA QUE DOLERLE.

Ahí tienen a Miriam Rodríguez, Marisela Escobedo Ortiz, Nepomuceno Moreno Núñez, Sandra Luz Hernández, y otros seres humanos más que fueron asesinados por BUSCAR LA VERDAD Y LA JUSTICIA POR LAS DESAPARICIONES FORZADAS Y ASESINATOS DE SUS HIJOS, HERMANOS Y FAMILIARES.  (Fuente aquí Ellas y Ellos han muerto)

Puedo hablarles de los maestros también asesinados, de las mujeres, de los estudiantes, de los animales, de todos, la lista es interminablemente dolorosa.

Creo que la peor parte es estar informada y saber que NO PUEDO HACER NADA. Quiero decir, ¿Qué más quisiera yo que tener algún tipo de poder divino para mandar al infierno a todos esas bestias desalmadas con el chasquido de mis dedos?
Por alguna razón que me cuesta entender, Diosito nos dio el intelecto suficiente como para hacer armas. Y nos dio el "libre albedrío" para poder levantar esas armas contra nuestros hermanos.

Nos dio la habilidad de aprender y nomás nosotros no aprendemos. Quizás nunca aprendamos y esa sea la razón por la que el ser humano se extinga de la faz de la tierra.

Quizás sí lleguemos a ese momento de la realización, pero mientras tanto, ¿Qué hacemos? ¿Cambiarle a las noticias porque nos incomodan, porque nos molestan, porque nos frustran?

Yo no entiendo cómo los demás pueden ir por la vida viviendo como si nada pasara. Como si esto no se estuviese volviendo peor que una guerra nuclear. Como si esto que sucede aquí, en Guanajuato, no pasara tampoco en Veracruz, o en Sinaloa. Que no pasa en Puebla, no pasa en Guerrero, y mucho menos pasa en el Estado de Méjico.

Como si estuviésemos a un mundo lejos de la violencia. Como SI NUNCA NOS FUESE A PASAR.




Tengo ganas de abrir un hoyo y cavar hasta llegar a China. O que misteriosamente se abra un hoyo negro y nos trague a todos y que la sensación de que una de las peores razas dominó la tierra por muchos siglos se quede en un borroso recuerdo.
Tengo ganas de que se mueran todos y al mismo tiempo, intento no perder la fe.

Pero es bien difícil ser optimista cuando cada día que pasa, las cosas sólo parecen hacerse peor. ¿Y entonces qué hago? ¿Me miento a mí misma? Intento concentrarme en mi trabajo y mi vida personal pero sólo termino más molesta porque es como que todo me recuerda la gran decepción que somos. Que soy. Pero ustedes decepcionan más que yo, tbh UuUr


Quiero saber qué hacer. Quiero tener el valor de hacerlo. Quiero no tener miedo. Quiero hacer una diferencia.

Pero me siento bien pinche sola con todo esto. Siento que estoy intentando jalar un barco con una soga atada a mi cintura y contra corriente. No avanzo, sólo me hundo y me lleno de tristeza y desesperación.

Quiero salvarlos, quiero que mi sacrificio valga para algo. Quiero tener la certeza de que no estoy muriendo en vano y sin embargo, estoy segura que así será.

Me matarán por algo:
Por tener este ridículo blog donde me quejo de todo, por tener una cuenta muy activa de tuiter. Me matarán por ser maestra, por ser normalista o por ser estudiante. Me matarán por ser queer, por ser vegetariana, por ser mujer. Me van a matar por decir que no, por informar a los demás, por ponerme ridículos carteles en el cuerpo.

Por algo.

Por cómo me visto, por lo que digo, por cómo pienso. Por lo que soy, por lo que no puedo hacer y por lo que quiero representar.

Téngalo por seguro, amigos: Nos van a matar a todos, uno por uno, hasta que no quede nadie.

Si no nos unimos y pensamos y actuamos, ese va a ser el final. Ni siquiera se necesita tener tres dedos de frente para darse cuenta de cómo están las cosas.



Ugh.

No vengo con la intención de deprimirlos, de veras. Entiendo que más de alguno de los que me lee está más que jodido emocionalmente/mentalmente. Lo sé, también quién escribe está en las mismas o peores.

Si no he escrito antes sobre esto era porque tenía la esperanza de que cuando pudiera sentarme a escribir sobre el tema, estuviera calmada y reflexiva y pudiera llegar a una conclusión asertiva y esperanzadora.

No puedo.

No puedo estar calmada, ni reflexiva ni mucho menos tener fe. Lo lamento. En estos momentos estoy teniendo una de mis típicas reacciones a la ansiedad, estoy temblando alv del coraje que siento y tengo muchas lágrimas en los ojos al punto que me está costando trabajo respirar y escribir. Mis pensamientos apenas y pueden hilarse, así que si encuentran incoherencias pues, perdón pero yo escribo desde las entrañas.

Mis entrañas están furiosas, horrorizadas y desesperadas.


No puedo darles esperanzas. No les voy a decir que "los buenos somos más" porque no es cierto. No tengo certeza de que lo sea. De lo único que estoy segura es que los indiferentes son más y como saben, mantenerse neutro en una situación de esta naturaleza sólo significa una cosa: Estar del bando de los malos.

Tampoco les voy a decir que las cosas van a mejorar, porque no lo sé. Lo único que sé es que sí van a mejorar si nos ponemos a hacer algo.

Alguien dígame cómo, porque siempre que se me ocurren ideas es todo como muy impulsivo y lo primero que quiero hacer es írmeles directo a la yugular de las personas y no puedo ir por la vida queriéndole escupir en la cara a los demás.


Sólo quiero que sepan, que sepas tú, que lees esto, que si te sientes igual que yo, no estás solx. Yo también estoy encabronada, estoy triste y estoy horrorizada.

Sólo quiero que sepan que los nombres que mencioné atrás, y los que siguen en las listas, esos que sirven para ser números sucios en las listas negras del gobierno mejicano, no son nombres ni números para mí. Son personas que han sido arrancadas de este plano existencial, pero que yo sé que son seres humanos como yo.

Y que voy a luchar por ellos, por todos, aun si me cuesta la vida, la libertad, las manos, las ganas de vivir, o incluso mi propia humanidad.

Quiero que sepan que creo en un mejor país. Que creo en la posibilidad de vivir sin temerle a mi gente. Que pueden destruir mi cuerpo y mi memoria pero nunca podrán llegar hasta mi espíritu porque eso es algo que ellos no conocen. Esa es mi ventaja. Y para algo ha de servir.



No dejemos que llegue a que este monstruo de violencia y terror sin fin se vuelva más grande y más fuerte. No dejemos que nos devore vivos. No olvidemos a los que labraron el camino por nosotros.




Gracias por leerme y no romperse en llanto.
Ojalá hubiera podido hacer lo mismo.



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