viernes, 28 de abril de 2017

10 Traumas de la niñez

Pueden ser más o pueden ser menos, ya depende de qué tipo de persona seas y cuánta humanidad y actividad neuronal tengas, pero el punto aquí es que todos de niños le tuvimos miedo a algo.
(A menos que seas igual de perfectx que Alecitabebé, porque ella no le tiene miedo a nada UuUr)

Este domingo es el día del niño y en conmemoración a esta fecha, me tomé la intensiva tarea de hacer una investigación para deducir los miedos más comunes a cierta edad (Y por investigación me refiero a publicar mi CC varias veces en tuiter y mandarles whats app a todos mis amiguitos)

Podría hablarles de lo que a mí me daba miedo cuando era niña, pero es que vamos a admitirlo, soy una persona particular con pensamientos particulares, y más que el hecho de ver dentro de mi cabeza un rato, lo que busco es que recuerden un poco lo que se sentía ser niño (Si es que ya no tienen esa sensación porque el mundo actual ya los mató por dentro)


Ser niño es muy padre. Tuve la inmensa fortuna de tener una buena infancia en muchos aspectos. Nunca me faltó comida en mi mesa ni una cobija cálida en las noches. Nunca me faltó un regalo el día de reyes o un apodo cariñoso por parte de mis padres. Nunca me faltó familia (Me hubiese gustado disfrutar más tiempo a mis abuelos, tbh. Murieron cuando yo era muy chica), nunca me faltaron recreaciones, oportunidades de ir a la escuela. Nunca me faltaron libros, ropa, abrazos y apoyo.

Incluso a pesar de la complejidad que resulta ser yo, puedo voltear hacia atrás y sonreír. 

Extraño ser niña. Extraño esa sensación de libertad, de no responsabilidades, de no tener esa ansiedad asfixiante en donde siento que el mínimo tropiezo que dé va a pasar a fregar mi vida por completo y la de los demás. 
Extraño ver el mundo como lo veía antes. Tan sencillo, tan lejano, tan mío.


Pero no todo era de color rosa para mí y seguramente para muchos de ustedes tampoco. Dicen que el miedo deriva de la inseguridad al enfrentarnos a las cosas que no conocemos, y cuando se es joven bien lejana es la posibilidad de que conozcamos todo. O de que no tengamos prejuicios que culturalmente se nos han inculcado.

Pero a ver, acompáñenme a recordar qué era temer cuando éramos niños.




10.- Los animales:

La verdad es que me reí cuando varias respuestas fueron nombres de animales. Más en concreto, insectos y reptiles. 

Una vez leí que la aracnofobia era la respuesta casi "biólogica" de un miedo ancestral. A lo largo del tiempo el hombre ha tenido que aprender un montón de cosas a la mala y una de ellas ha sido el cómo llevarse con las demás criaturas que comparten el mundo. 

Cuando éramos niños, muchos pueden decir que le tenían miedo a lar arañas, a las serpientes, a las cucarachas... Y ese miedo es algo que normalmente se encuentra todavía en las personas ya adultas. (Como José y su miedo a las aves JAJAJA)

Lol

Tal vez si se tomaran la molestia de conocer a uno de estos animalitos más de cerca, verían la belleza que se esconde tras la mala reputación que les precede. En mi no tan humilde opinión, el reino animal no es tan diferente al reino humano: Hay animales con buena fe así como hay personas con buena fe y hay animales cabrones como personas cabronas.




9.- Las personas (los hombres, más en específico):

K sad, amigos. Cuando hice el conteo final ( No hice conteo pero me acuerdo de las respuestas, lmao) me di cuenta de que éste es uno de los que comparto.

Antes los tiempos no estaban tan jodidos pero de todas maneras nos inculcaron (al menos a quiénes entrevisté) la desconfianza en las personas que no conocíamos. Sobre todo hombres.

"No aceptes dulces de extraños. No te subas al auto con extraños. No le hables a extraños" eran como el padre nuestro de los padres a la hora de dejarnos en la escuela

Con justa razón y no es mi problema si se ofenden, hombres heterosexuales cisgénero adultos que me están leyendo, pero la gran mayoría de su especie se ha creado una reputación digna de todo el recelo del mundo embotellado. 

Lastimosamente, en la cultura en la que vivimos es común que cuando algo horrible sucede, sobre todo de la naturaleza de agresión sexual, lo primero que se hace es culpar y señalar a la víctima. ¿Qué vestías? ¿Qué hora era? ¿Andabas solx? ¿Por qué le hablaste a un extraño? Así que desde niños nos enseñaron a no hablarle a las personas que no conocemos.

Este miedo también ha sabido sobrevivir a lo largo de los años e incluso a mis recientes veintidós años, es una espinita en mi corazón constante. No miento, cuando veo hombres en las esquinas de las calles, me cruzo para evitarlos. Si veo camiones de coca cola, o garrafones de agua o de x cosa, los rodeo para no tener que encararlos. 
Si un hombre va caminando detrás de mí, aprieto el paso o me cruzo o me meto al primer local que vea.

Porque sé que si me pasa algo, a la primera que van a apuntar con el dedo es a mí y está mal, pero es la manera que tenemos de cuidarnos a nosotrxs mismxs.

Sad que desde niños tengamos este miedo y el doble de sad saber que no es irracional :(




8.-Ser abandonados o perderse:

O ser OLVIDADOS EN ALGÚN LUGAR, OMG. Lo sé, he pasado por eso también. Seguro más de alguno que me está leyendo también. O no y su salud mental es estable.

Pero sí, tener miedo que no nos recojan a la hora de la salida en la escuela, o ir a un Walmart y perderte para siempre apenas le quitas la mirada a tus padres un par de segundos es algo que a más de alguno nos angustió.

A mí, hasta la fecha, me hace trizas el estómago. 

Me da mucho miedo perderme. Subirme a un camión que no era y ya no saber cómo regresar. Obvio podría pedir indicaciones, preguntar antes o buscar ayuda en alguna tienda. Podría sacar mi celular para llamarle a alguien para que me busque.

Pero en momentos de pánico no piensas bien. Cuando eres niño, tu visión de la ayuda es más corta.

Por eso si me toca recoger a alguien o llevar a un niño a cierto lugar, procuro estar a tiempo y no descuidarlo. Porque me da miedo y me da miedo que tengan miedo porque no se sienten seguros O NO SÉ PERO QUÉ HORROR PERDERSE COMO ALICIA EN EL PAÍS DE LAS MARAVILLAS OMG.



7.- El coco, los hombre lobo, vampiros, fantasmas y otros monstruos bajo nuestra cama:

Las películas de terror de antaño (todavía hay buenas pero son escasas) nos mostraban villanos dignos del infierno más horrible jamás imaginado por un ser humano.

El coco, esa leyenda urbana, también conocida como el hombre del saco en algunas regiones, nos espantó a todos alv incluso cuando nadie sabía cómo se veía. O sea, ni siquiera necesitamos de una película o algo más sólido que narraciones culturales y familiares para temerle. 

El coco, un monstruo que se podía disfrazar como persona y engañarte. Un monstruo que podía materializarse en prácticamente cualquier lugar (pero que casualmente escogía las habitaciones oscuras de los niños mal portados y groseros) y cuyo propósito era torturar, secuestrar y aterrar.

Well, damn.

No sé de dónde salió este enemigo de todos los niños, pero seguro quién lo inventó o conoció terminó loco. O muerto. O loco y muerto. 

Los demás monstruos: Los hombres lobo, vampiros y fantasmas se alimentaban de la cultura pop. Programas como Scooby Doo nos enseñaron que pueden existir pero que en realidad por dentro no son más que personas con propósitos malignos. Programas como Martín Mistery y ¿Le Temes a la Oscuridad? y Escalofríos nos replantearon su existencia oficial en este planeta.

Todavía no me decido si son reales o no, pero de que existen, existen.

Y seguro que de más de alguno podemos escapar PERO ES QUE AL COCO CÓMO LO AHUYENTAS??



6.- Morirnos:

Otro miedo "irracional" al que le adjudico a esta jodida cultura. ¿Por qué? Creo que si desde niños se nos inculcara otra visión de la muerte, más allá de lo religioso y eso, si nos enseñaran que la muerte es parte del ciclo de la vida, que es natural e inevitable, creo que muchos podrían llegar a aceptar su propia muerte.

Pero no. 

Incluso cuando desde primero de primaria en los libros de la SEP tratan los temas de nacer, crecer, reproducir y morir, seguimos viéndolo como algo no natural, algo lamentable, algo horrible. Algo doloroso, algo que debe estar muy lejos.

Y pues, lol, amigos, porque no. 

Tampoco digo que llenemos a los niños de detalles morbosos sobre la muerte, pero me parece que un enfoque científico, sensible y con tacto podría ayudar bastante. 

Cuando somos niños tenemos miedo de morir porque tenemos la creencia de que morir conlleva muchísimo dolor (Y pues, tristemente en muchos casos es así) y entonces, ¿A qué realmente le tememos? ¿A morir como tal, a dejar de existir, a no saber qué hay luego? ¿O al dolor del proceso?

Pero sí. Me pasó en varias ocasiones que tenía accidentes (Tuve muchos accidentes de niña y hasta la fecha. Soy alguien torpe, no sé cómo calmarme alv con eso) y apenas veía poquita sangre, mi sangre, entraba en un estado de pánico terrible. Una crisis nerviosa muy poco propia para alguien con mi juventud.

Porque no me quería morir.

(Pero ahora sí, poR FAVOR)




5.- Las agujas:

Sólo a los masoquistas les parece aceptable el uso de esta herramienta de satanás. Las agujas son ese objeto que da un chingo de miedo de sólo verlas aunque al final no causen tanto dolor. Pero sí te duele de sólo verlas.

Stap.


(Hasta Goku las sufría)


4.-Que una planta creciera en nuestro estómago producto de una semilla tragada:

O también, que se te pegaran las tripas porque te comías un chicle.

Culpo a la SEP otra vez porque en una de nuestras primeras lecturas estaba el cuento de un niño que no le hizo caso a su mamá cuando le dijo que dejara de jugar con las semillas de sandía y se tragó una. El pobre niño creyó que le crecería una planta dentro y se volvería un árbol con raíces enterradas en el suelo y jamás podría moverse y su vida sería un vórtice tortuoso de dolor y arrepentimiento infinIDIGO ya lo conocen.

Nos enseñaron a leer cuentos donde los niños se comían cosas raras y les crecían cosas aún más raras producto de, antes de enseñarnos que biológicamente es imposible (Porque es imposible, ¿Verdad?)

Este cuento y este rumor urbano, a más de alguno nos hizo evitar la sandía, el melón o cualquier fruta que tuviera semillas por recelo de convertirnos en una planta.

Hardcore af los cuentos que antes ponía la SEP.




3.- Los payasos:

Hago un apartado especial para estas lacayos de lucifer. ¿Por qué? Por el simple hecho de que a diferencia de los vampiros, los hombres lobo, las muñecas con vida estilo chuky, los fantasmas o incluso el coco, los payasos son tan reales como mis ganas de ser una escritora exitosa.

Son reales. Son aterradores. Son cada vez más prósperos. ¿Y la peor parte? La mayoría de los adultos los jura INOFENSIVOS.

How fucked up is that???

Nadie con sentido de supervivencia se le acerca a un payaso, así sea Cepillín, Ronald McDonald o hasta Krusty de los Simpsons. Los payasos, por default, son horribles.

Porque su maquillaje que exagera gestos que se podrían considerar divertidos denotan falsedad. Punto menos ahí.
La base de su cara es blanca, ¿DESDE CUÁNDO LA HISTORIA NOS HA DICHO QUE DEBEMOS CONFIAR EN LA GENTE BLANCA? perdón pero es cierto, no se ofendan. O sí. No me importa.
Esos labios curveados en sonrisas burlonas, la nariz roja sangre, los ojos saltones y la ropa que parece que un unicornio los vomitó... Ugh.


Debajo de toda esa apariencia hostil-amigable, lo que también da miedo es que no sabes quién es. No puedes saber por todo el disfraz. Te puede matar uno y no conocerías su cara. Eso da mucho miedo

Ugh, háganse para allá, payasos del mal, que podrán engañar a los demás pero a mí nO ME HACEN TONTA.

  
Imagen relacionada


2.- La oscuridad:

Esa cortina que se siente infinita y fría, que cubre nuestra percepción cada que el sol se mete y las luces se apagan.

La oscuridad representa todos nuestros miedos en conjunto: Aquellos realistas y aquellos irracionales. No sabemos qué hay dentro de ella, no queremos saber. No conocemos, no podemos conocer sin arriesgarnos a algo tremendamente terrible. 

Entrar a una habitación oscura, quedarnos a oscuras dentro de un auto, dentro de un cine, dentro de algo. O estar a la interperie, rodeados de oscuridad y frío y silencio ALV pinche aterrador.

Cuando somos niños, nuestra imaginación es muy activa y creativa y vemos cosas que no veríamos en plena luz del día. No podemos estar en la oscuridad porque es como estar vulnerables. E ignorantes.

Cuando son adultos, su imaginación decae pero aún así existe esa sensación de desconfianza. Tal vez no esté un hombre lobo al final del pasillo de ese estacionamiento subterráneo PERO QUÉ TAL UN PINCHE ASALTANTE.

La oscuridad sirve como escudo para las bestias y los monstruos que buscan destruirnos. Se esconden, nos acechan, nos estudian y nos atrapan.

No sé si alguna vez se supere ese miedo. Me parece que no, porque pues es como de sentido básico de supervivencia. No sé si ese miedo se vaya con una lámpara o un encendedor. No sé.

Sólo sé que todos tenemos oscuridad dentro y quizás le tememos a la oscuridad física porque es reflejo de lo que llevamos internamente.




1.- Perder a nuestros padres:

Todos los que amamos a nuestros padres hemos temido la muerte de éstos, a los que podemos considerar como los seres humanos más importantes o más cercanos a nosotros. 

Cuando era niña pensaba mucho en eso y me angustiaba mil. Temía que un día mis padres me faltaran a causa de un accidente, o un homicidio. Tengo veintidós años y creo que me da un chingomadral más de miedo porque sé que cada día que pasa este país se va más al carajo y es más alta la probabilidad de que mis padres y mi hermana se vean heridos por la violencia reinante.

Antes, cuando tocaba ese pensamiento, era de no comer durante varias horas y sudar en frío y tener ganas de llorar y de encerrar a mis papás en una burbuja para que nada les fuera a pasar. Con el pasar del tiempo y mi experiencia con la muerte se hizo más abundante y cercana, pude comprender muchas cosas:

La muerte, como ya mencioné antes, es natural. A todos nos va a pasar. Mis padres se van a morir, y yo también. Se va a morir Memo del Toro y se va a morir Carly Rae Jepsen. Se va a morir mi mejor amigo y se va a morir el primer chico de quién me enamoré. Se va a morir el que fue mi primer beso y se van a morir todos. 
Como ya saben, hace dos años falleció una de las personas más importantes para mí, una de las personas sin las que yo pensé que no podría vivir.

Y sobreviví. De alguna manera sigo viviendo y aunque por muchos meses pensé que no podría volver a sentir ya nada porque fue como si yo me hubiera muerto en vida, comprendí que la vida sigue. 

Pensé que no lo soportaría y lo soporté, al menos por el momento. 

Supongo yo -no sé, no me dan ganas de saberlo-, perder a mis padres sería cien mil veces peor y más difícil. Y me da miedo y me da angustia y me dan ganas de mejor yo morirme primero. Pero he visto de cerca a personas de mi edad, más grandes y más chicas perder a un padre -o a ambos- y seguir viviendo, seguir siendo ellos, seguir existiendo.

No digo que sus vidas sean iguales o que incluso sean mejores. Pero siguen teniendo vida y yo que estoy cerca puedo constatar eso.

Así que, incluso cuando me sigue aterrando la idea, creo que he llegado a términos más amigables conmigo misma y ese pensamiento, esa posibilidad, esa realidad.





Ser niño es algo muy especial que muchos consideran como "menos" o "inválido" o "tonto" o lo que sea.
Olvidan lo que es ser un niño y a veces me pregunto cómo es eso posible. Tal vez no lo olvidan. Quizás nunca lo fueron y por eso no lo saben.

A los niños hay que amarlos incondicionalmente, hay que enseñarles cosas bien, cosas útiles. Hay que aceptarlos sin importar qué, hay que apoyarlos y hay que protegerlos. Hay que dejar que aprendan por sí mismos, hay que dejar que se equivoquen. Hay que dejarlos crecer y hay que darles la mano.

Hay que ser sus amigos, sus padres, sus maestros y sus héroes. Hay que dejar que ellos sean nuestros amigos, nuestros padres, nuestros maestros y nuestros héroes.

Dentro de mi profesión me he encontrado a una cantidad horrible de personas adultas que menosprecian a los niños, que los hacen menos, que los maltratan. "Es que es un niño, no sabe, no lo entenderá".

Stop tratar a los niños como pendejos. Los niños son niños, sí, y no saben muchas cosas pero el no saber no equivale a ser un idiota.

Los niños son como plantitas. Hay que regarles, cuidarlos, y cantarles para que crezcan grandes y fuertes y en un futuro nos dén sombra y no morirnos de una ola de calor alv.



No perdamos esa parte de nosotros, ese niño que fuimos. Hay que celebrarlos y recordar que son, que eres, importante(s)


Feliz día del niño, amigos, ojalá coman mucho helado y vean pelis de terror padres XOXO


(Gracias a todos los que participaron en mi encuesta, amigos. Son los mejores :*) 

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