viernes, 26 de mayo de 2017

Lo que no te digo

Son muchas cosas.

Incluso para ser alguien tan introvertida como yo, no siento mucho remordimiento a la hora de quejarme, de aliviar un poco mi dolor interno al hablar de lo que me angustia con quién esté dispuestx (y despiertx, lol), o en su caso, escribir sobre ello. Vieran lo terapéutico que resulta escribir tus dolencias y luego quemarlas alv.

No he sido honesta, lo cual es extraño porque suelo serlo mucho.
No he sido abierta, porque tengo mucho miedo.

Estas últimas tres semanas, o poquito más, he estado dándole vueltas a las cosas, concentrándome en problemas del mundo y de mi trabajo, intentando ahogar esa voz en mi cabeza que me pide hablar sobre lo que estoy sintiendo. No quiero hablarlo, ni conmigo ni con nadie, porque tengo mucho miedo.

A veces funciona, ¿Saben? El hecho de dejar de hablar de ciertos tópicos hace que su recuerdo se desvanece y duela menos cada día.
A veces no.

Y esta situación es algo que no se irá tan fácil, no importa cuánto la ignore, cuánto me emborrache o cuánto quiera fingir que sigo enamorada de alguien más y sigo sufriendo por eso pero todo es una burla y una falsedad.
No se va, por mucho que suba el volumen de mis canciones y me pierda entre páginas de libros que ya he leído.

No se va.


¿Y lo peor? Lo peor es que todos se dan cuenta. No necesitan acercarse mucho. Mirándome a los ojos se percatan de que algo anda mal, de que algo "raro" traigo.

Y es que, ¿Cómo se explica esto? Algo raro. "Algo raro".



No soy capaz ni de siquiera admitirlo conmigo misma. No puedo decirlo en voz alta, incluso cuando yo soy la única persona en la habitación. No puedo. Tengo mucho miedo.

Siento que me ahogo y no sé cómo quitarme esto de encima. Siento que alguien tiene su pie en mi cuello y en cualquier momento va a aplastar mi garganta POS YA PONLE FUERZA, AMIGX Y TERMINA DE MATARME :(


Me levanto todos los días con la firme convicción de que esto que siento se irá eventualmente. Que es consecuencia de mi estado actual y que en cuanto éste cambie, todo se resolverá. Lavo mi cara y ahí está, brillando en mis ojos, bailando al ritmo del peligro que esto representa.

Alguien puede verlo. Alguien se va a dar cuenta. Alguien me acusará, frente a todos, de cada pecado que he cometido desde que esta flama se prendió dentro de mí y voy a valer madre, padre, berga y todo al cuadrado.

Tengo miedo. El costo, el riesgo que debo correr, es muy alto, no puedo darme el lujo de perder algo, alguien que significa tanto para mí. Que me ha salvado en más de una ocasión -emocional y físicamente, lol-

Pero, ¿A qué le temo tanto?
La cuestión es esa. Al no ser capaz de ni siquiera articular lo que pienso y siento, no sé a qué le tengo miedo. Pero el miedo es oscuro y frío y en cualquier momento aprisiona.

Ellos saben.





No tienen ningún pinche sentido esto que escribo, así que agradezco a todos los que han leído hasta esta parte.
Suena más complicado de lo que es.

El lunes de esta semana fui a comer con una amiguita a quién adoro un chingomadral y a pesar de que ella es muy distraída, nada más necesitó verme a los ojos para preguntarme:

¿Todo bien?


No sé si fue porque me tardé un poco en inventarme alguna excusa o mentira -normalmente ya planeo lo que voy a decir en caso de que esté consciente de que voy mal a algún lugar-, o porque me miró a los ojos esperando mi respuesta o que estuve al borde del llanto pero se percató de que algo andaba mal.

No supe explicarle bien. Ni yo misma me entiendo. Lo cual es extraño porque en realidad no creo ser alguien tan difícil de entender.



De vez en cuando me dan ganas de hablarlo con alguien y entonces reviso la lista de mis contactos: Uno a uno los voy descartando hasta quedarme sin nadie. Por alguna u otra razón, nadie llega al punto esencial.

No sé si se deba a que los creo incapaz de ayudarme, o porque siento que esto no es nada. A lo mejor tiene que ver con que no conocen la historia y no me apetece repetirla. O tal vez porque sé que no importa lo que me digan, ignoraré los consejos y seguiré sufriendo alv.



Recuerdo que una vez hablando con mi amiga Fany, le hice un comentario que le gustó tanto que lo puso en feisbuck y fue algo así:

No nos damos cuenta de lo solos que estamos hasta que necesitamos ayuda. Queremos ayuda y no sabemos pedirla, no sabes con quién pedirla, no sabemos qué pasa.


Estoy en este hoyo de confusión y frustración.







No voy a alargar esto. Ni este post ni mi sufrimiento, porque es evidente que es en vano.



En algún punto me veré obligada a arreglar esto y lo tendré que enfrentar, así sea que alguien me empuje con un pie para que lo haga.

Como siempre digo, voy a estar bien. Siempre me las arreglo para estar bien.




Gracias por leer este desastre :) XOXO

viernes, 19 de mayo de 2017

Ya me tienes hasta la madre, Méjico

Feliz día de la madre y el maestro, atrasados. Las últimas dos semanas han sido una locura (siempre digo lo mismo del tiempo en mi vida, tbh. Prueba irrefutable de lo arruinada que me siento, no me menosprecien) y cada día que pasa siento que todo se vuelve un agujero más estrecho, más oscuro, más frío y el miedo con el que me he estado despertando es asfixiante y hasta cierto punto me incapacita de hacer muchas cosas.

Me cagas, Méjico y me caga aún más tu gente.

-PERO, OYE, MARIANA, POR QUÉ TANTO ODIO CONTRA EL PAÍS QUE TE VIO NACER Y LA GENTE QUE COMPARTE TU NACIONALIDAD???- se preguntarán ustedes y déjenme decirles que si no han estado leyendo las noticias, escuchando la radio, viendo la televisión, usando el internet... si básicamente han estado en coma fármaco-inducido, drogados hasta el culo o cualquier tipo de trance que involucre drogas alucinógenas, legales o no, o si están viviendo en un lugar chingón como Amsterdam (Holanda, pls adóptame, juro que soy buena ciudadana. bueno, más o menos), quiero decirles que el país donde nací y donde actualmente resido, se está cayando a pedazos.

Una analogía cools: -no tan cools, perdón si se ofenden-
 Méjico se cae a pedazos como la piel muerta de un enfermo de lepra.


Hace un par de días me encontré a mí misma pensando: No sólo basta con que mi vida personal se esté jodiendo bastante, también el pinche país y el chingado mundo tienen que ir a seguirme el juego y combinar.

Oh, Dios, ayúdame.




No quiero hablarles de esto. Estoy bien estresada y sólo voy a terminar emputadísima (más de lo que ya estoy, si es posible), y me voy a sentir sin esperanza y voy a querer rendirme y el dulce alivio de la muerte parece tan lejano...


Lo cierto es que, amo a mi país. Amo a sus pobladores, amo a sus tierras. Amo su historia, amo su patrimonio y contribución con la humanidad. No hay nada que no haría por Méjico...


Pero me dueles, Méjico. Me estás doliendo un chingo. Como una rosa que debería ser flor en mi interior, lo que parece crecer son espinas que nada más me desgarran órganos que no son lo suficientemente importantes como para que su hemorragia me provoque una muerte segura.

Méjico, te amo, pero me estás matando.


Estás matando periodistas, estás dejando que maten periodistas honestos y valientes y con ellos me estás matando a mí.

Estás matando mujeres, estás dejando que maten mujeres valiosas y buenas y con ellas me estás matando a mí.

Estás matando maestros, estás matando madres, estás matando familias, estás matando animales, estás maTANDO A TUS HABITANTES, ESTÁS DEJANDO QUE SE MUERAN EN TUS TIERRAS, ESTÁS DEJANDO QUE LOS ENTIERREN EN TUS ENTRAÑAS, ESTÁS PINTANDO TUS SÍMBOLOS CON SANGRE, SE ESTÁN LLENANDO DE LÁGRIMAS TUS MARES, TE ESTÁS EXTINGUIENDO Y CONTIGO, NOS ESTÁS EXTINGUIENDO A TODOS.


:(





¿Qué les digo que no sepan ya, amigos compatriotas, mejicanos con privilegio de saber leer y saber usar y tener internet?

Neta que me despierto a mitad de las madrugadas, bañada en sudor y con muchísimas ganas de llorar, porque tengo un chingo de miedo. Y ya me cansé de tener miedo.


Tengo miedo de que mis papás se vayan a trabajar y jamás regresen. Tengo miedo de que mi hermana se vaya a la escuela y jamás regrese. Tengo miedo por mis amigos, mis compañeros, mis familiares, mis fans, mis alumnos, mis parejas, tengo miedo por todos, maldita sea.

Con tanta cosa horrible que está pasando, es estadísticamente sensato hacerme a la idea. Méjico se está convirtiendo en un cementerio que pronto nos alojará a todos, lo quieran o no.

¿Y alguien hace algo?

Nops.

Porque k pinche hueva luchar por alguien más, la neta. (Así funciona su lógica, ¿No?)

Y los que sí se atreven a hacer lucha solos, terminan muertos.

Ahí tienen a Javier Valdez, Miroslav Breach, Maximino Rodríguez, Moises Sánchez, Juan José Roldán Ávila y tantos más, sólo en este año. ¿Su crimen? Ser periodistas y reportar la verdad, lE DOLIERA A QUIÉN TUVIERA QUE DOLERLE.

Ahí tienen a Miriam Rodríguez, Marisela Escobedo Ortiz, Nepomuceno Moreno Núñez, Sandra Luz Hernández, y otros seres humanos más que fueron asesinados por BUSCAR LA VERDAD Y LA JUSTICIA POR LAS DESAPARICIONES FORZADAS Y ASESINATOS DE SUS HIJOS, HERMANOS Y FAMILIARES.  (Fuente aquí Ellas y Ellos han muerto)

Puedo hablarles de los maestros también asesinados, de las mujeres, de los estudiantes, de los animales, de todos, la lista es interminablemente dolorosa.

Creo que la peor parte es estar informada y saber que NO PUEDO HACER NADA. Quiero decir, ¿Qué más quisiera yo que tener algún tipo de poder divino para mandar al infierno a todos esas bestias desalmadas con el chasquido de mis dedos?
Por alguna razón que me cuesta entender, Diosito nos dio el intelecto suficiente como para hacer armas. Y nos dio el "libre albedrío" para poder levantar esas armas contra nuestros hermanos.

Nos dio la habilidad de aprender y nomás nosotros no aprendemos. Quizás nunca aprendamos y esa sea la razón por la que el ser humano se extinga de la faz de la tierra.

Quizás sí lleguemos a ese momento de la realización, pero mientras tanto, ¿Qué hacemos? ¿Cambiarle a las noticias porque nos incomodan, porque nos molestan, porque nos frustran?

Yo no entiendo cómo los demás pueden ir por la vida viviendo como si nada pasara. Como si esto no se estuviese volviendo peor que una guerra nuclear. Como si esto que sucede aquí, en Guanajuato, no pasara tampoco en Veracruz, o en Sinaloa. Que no pasa en Puebla, no pasa en Guerrero, y mucho menos pasa en el Estado de Méjico.

Como si estuviésemos a un mundo lejos de la violencia. Como SI NUNCA NOS FUESE A PASAR.




Tengo ganas de abrir un hoyo y cavar hasta llegar a China. O que misteriosamente se abra un hoyo negro y nos trague a todos y que la sensación de que una de las peores razas dominó la tierra por muchos siglos se quede en un borroso recuerdo.
Tengo ganas de que se mueran todos y al mismo tiempo, intento no perder la fe.

Pero es bien difícil ser optimista cuando cada día que pasa, las cosas sólo parecen hacerse peor. ¿Y entonces qué hago? ¿Me miento a mí misma? Intento concentrarme en mi trabajo y mi vida personal pero sólo termino más molesta porque es como que todo me recuerda la gran decepción que somos. Que soy. Pero ustedes decepcionan más que yo, tbh UuUr


Quiero saber qué hacer. Quiero tener el valor de hacerlo. Quiero no tener miedo. Quiero hacer una diferencia.

Pero me siento bien pinche sola con todo esto. Siento que estoy intentando jalar un barco con una soga atada a mi cintura y contra corriente. No avanzo, sólo me hundo y me lleno de tristeza y desesperación.

Quiero salvarlos, quiero que mi sacrificio valga para algo. Quiero tener la certeza de que no estoy muriendo en vano y sin embargo, estoy segura que así será.

Me matarán por algo:
Por tener este ridículo blog donde me quejo de todo, por tener una cuenta muy activa de tuiter. Me matarán por ser maestra, por ser normalista o por ser estudiante. Me matarán por ser queer, por ser vegetariana, por ser mujer. Me van a matar por decir que no, por informar a los demás, por ponerme ridículos carteles en el cuerpo.

Por algo.

Por cómo me visto, por lo que digo, por cómo pienso. Por lo que soy, por lo que no puedo hacer y por lo que quiero representar.

Téngalo por seguro, amigos: Nos van a matar a todos, uno por uno, hasta que no quede nadie.

Si no nos unimos y pensamos y actuamos, ese va a ser el final. Ni siquiera se necesita tener tres dedos de frente para darse cuenta de cómo están las cosas.



Ugh.

No vengo con la intención de deprimirlos, de veras. Entiendo que más de alguno de los que me lee está más que jodido emocionalmente/mentalmente. Lo sé, también quién escribe está en las mismas o peores.

Si no he escrito antes sobre esto era porque tenía la esperanza de que cuando pudiera sentarme a escribir sobre el tema, estuviera calmada y reflexiva y pudiera llegar a una conclusión asertiva y esperanzadora.

No puedo.

No puedo estar calmada, ni reflexiva ni mucho menos tener fe. Lo lamento. En estos momentos estoy teniendo una de mis típicas reacciones a la ansiedad, estoy temblando alv del coraje que siento y tengo muchas lágrimas en los ojos al punto que me está costando trabajo respirar y escribir. Mis pensamientos apenas y pueden hilarse, así que si encuentran incoherencias pues, perdón pero yo escribo desde las entrañas.

Mis entrañas están furiosas, horrorizadas y desesperadas.


No puedo darles esperanzas. No les voy a decir que "los buenos somos más" porque no es cierto. No tengo certeza de que lo sea. De lo único que estoy segura es que los indiferentes son más y como saben, mantenerse neutro en una situación de esta naturaleza sólo significa una cosa: Estar del bando de los malos.

Tampoco les voy a decir que las cosas van a mejorar, porque no lo sé. Lo único que sé es que sí van a mejorar si nos ponemos a hacer algo.

Alguien dígame cómo, porque siempre que se me ocurren ideas es todo como muy impulsivo y lo primero que quiero hacer es írmeles directo a la yugular de las personas y no puedo ir por la vida queriéndole escupir en la cara a los demás.


Sólo quiero que sepan, que sepas tú, que lees esto, que si te sientes igual que yo, no estás solx. Yo también estoy encabronada, estoy triste y estoy horrorizada.

Sólo quiero que sepan que los nombres que mencioné atrás, y los que siguen en las listas, esos que sirven para ser números sucios en las listas negras del gobierno mejicano, no son nombres ni números para mí. Son personas que han sido arrancadas de este plano existencial, pero que yo sé que son seres humanos como yo.

Y que voy a luchar por ellos, por todos, aun si me cuesta la vida, la libertad, las manos, las ganas de vivir, o incluso mi propia humanidad.

Quiero que sepan que creo en un mejor país. Que creo en la posibilidad de vivir sin temerle a mi gente. Que pueden destruir mi cuerpo y mi memoria pero nunca podrán llegar hasta mi espíritu porque eso es algo que ellos no conocen. Esa es mi ventaja. Y para algo ha de servir.



No dejemos que llegue a que este monstruo de violencia y terror sin fin se vuelva más grande y más fuerte. No dejemos que nos devore vivos. No olvidemos a los que labraron el camino por nosotros.




Gracias por leerme y no romperse en llanto.
Ojalá hubiera podido hacer lo mismo.



viernes, 12 de mayo de 2017

Cómo sobrevivir a un rompimiento

Este no es otro estúpido blog cliché escrito por otra estúpida chica cliché.

Aunque sí es medio bobo esto que escribo y sí estoy medio estereotipada. En fin. Saben que por lo general escribo de lo que sé, de lo que siento y de lo que creo. En un mundo que con cada paso que da parece nublarse por las densas y frías oscuridades de lo incierto y la maldad, las palabras honestas abren camino.

Probablemente esto apenas y logre escarbar un poco, hacer una raspadura. O algo.

Siempre tengo la esperanza de que mis palabras no sean vanas y le sirvan a alguien. Recientemente dos personas importantísimas en mi vida me han recordado que no debo olvidar que he logrado cambiar la vida de algunas personas y debo estar agradecida y no menospreciarme.

Cuando las cosas se ponen difíciles, mi mecanismo de defensa es yo tirarme a mí misma de un golpe en la cara. Digo, porque si me va a ir mal, que sea por mi culpa.

(?

Creo que eso no tiene ningún sentido.


Tuve problemas para elegir el tema de esta semana. Hace un fin de semana estaba pensando en escribir de mi amiguita Kar, ya que siempre hablo de ella en tuiter -no siempre "siempre", tampoco estoy tan pinche obsesionada- y sé que muchos de ustedes quisieran conocer mis pensamientos más a fondo sobre ella. Pero luego Méjico viene a chingarme la paz y todo es muy difícil. De repente nos vemos rodeados de cosas terribles, noticias que parecen salidas de historias de terror y un remolino de desesperación y miedo se abre dentro de mi pecho.

Ugh.

Amo mi país but no amo tanto a sus habitantes. Lucho constantemente para construir mi sentido de la humanidad y... ugh, UGH UGH.

Pero no les vengo a hablar de esto. Debería, lo sé. Estoy bien consciente de que debo abrir este espacio para tocar temáticas de problemas sociales para sensibilizar o por lo menos desahogarme. Habría tanto de qué quejarme, de qué llorar y tanto que podría sentir...

Elijo no hacerlo. No porque me sea más fácil cerrar los ojos y voltear el rostro, fingiendo que no hay nada ahí, sino porque esto es algo que llevo guardado más de seis meses. No sabía qué era, ni sabía para qué.

Hoy no tengo mucha idea pero quiero venir a hablarles de mi experiencia.


Nunca he sido buena rompiendo con las personas. Con nadie. Ni con amigos ni mucho menos con parejas. Ni con pensamientos ni con sueños.
Supongo que es parte de mi naturaleza introvertida y aprehensiva. Suelo atarme mucho a las personas, a las cosas y a los sucesos.
También supongo que por mi necia negativa de querer ver a las personas como realmente son -basura e imperfectas. Más imperfectas que basura-, tendía bastante a romantizar todo el asunto.

No importaba que fuese una relación de noviazgo, amistad, o algo en medio, siempre terminaba por idealizar a las personas y mis relaciones con ella.


Emocionalmente y en ese sentido, soy aún bastante inmadura e ingenua. Tonta. Culpo a mi juventud y a mi pésimo carácter, pero en fin.



Como muchos de ustedes saben -o no, porque son nuevos en este espacio, no lo recuerdan o sí pero prefieren hacer como que no-, durante mis cuatro años de la universidad me vi envuelta en varias relaciones tóxicas y abusivas con gente violenta emocionalmente y manipuladora. Personas dentro de mi círculo romántico personal y amistoso personal.

La  juventud da la perfecta oportunidad para que te rompan el corazón una y mil veces :d


Tardé un montón de tiempo en dejar a estas personas. Hasta la fecha, sigo en proceso de sanación pero no ha sido un camino fácil. Incluso cuando quiero aminorar el problema al ver los muchos agujeros que estas relaciones tenían, me dolió y me sigue doliendo. No es sencillo. No me imagino cómo debe ser cuando son relaciones bonitas, naturales y sanas.


Una de las relaciones que más trabajo y dolor y lágrimas me ha costado superar es esta que tuve con un chico cuyo nombre no diré aquí porque lmao, ya todos saben de quién se trata. -Y si no, lucky you, bastard-

Hace casi un año tuve un enfrentamiento con esta persona bastante hostil, invasivo y terrible. Terminé, entonces, entre lágrimas diciéndole que se fuera al carajo mientras sentía cómo mi corazón se caía hecho pedazos dentro de mí.
No pensé en el futuro, no pensé en lo que haría el día siguiente ni el siguiente mes. Sólo me preocupaba que mis amigos, a quiénes estaba pronto de ver, se asustaran de verme así de triste.

Mi hermana me vio llorando y me dijo algo que hasta la fecha sigue conmigo: "Cualquier persona que te haga llorar, lo hará otra vez".

O algo así. El punto es que si permitía que esta persona me molestara tanto, iba a seguir haciéndolo, jamás iba a dejar de llorar si no lo dejaba. Al menos eso entendí en el momento. Así que me limpié la cara, me puse rímel negro, lápiz labial rojo y mi blusa transparente. Salí al mundo a continuar con mi vida.

Desde ese momento no me he detenido.

Lo primero que tuve que aceptar es que:

1.- Necesitas llorar:

Necesité más de una palabra cruel, más de una situación desconsiderada y grosera, necesité más de una cosa violenta emocionalmente para darme cuenta de la situación. No miento, los pocos amigos que sabían de esto estaban súper preocupados por mí.
Y es que, si les cuento la historia entera, con lujo de detalle morboso, probablemente se quedarían así como de: Ah, ok.

Esta relación fue muuuy compleja, desde que inició y hasta que se extinguió. Pero con cada brusquedad a mi frágil corazón, con cada pelea, cada palabra que me provocó pesadillas y dolores en el estómago, yo sólo me tragaba todo y esperaba que la tormenta pasara.

Y pasó.

Pero hasta que me permití a mí misma sentir dolor y llorar.

Esa inundación de sentimientos negativos, arrepentimientos, frustraciones, desesperación y miedo, esos celos que se habían apoderado de mí y esa llama destructiva de fuego que congelaba se apagó cuando yo misma lloví sobre ellos con mis lágrimas.

Así que, al contrario de lo que te dicen, llorar es bueno. Llora. Llora mucho, si es necesario.
No seas de la idea de que "no se merece mis lágrimas". No vas a llorar por él/ella/ellos. Vas a llorar por ti mismx.




2.- Siente lo que tengas que sentir y ya:

Tiendo mucho a racionalizar lo que siento Y NO SÉ QUÉ TRAUMA DE LA NIÑEZ ME PROVOCÓ ESO -casi podría apostar mi trasero a que es culpa de mis padres el que yo sea así-. Entonces, cuando estaba en convivencia con estas personas, y me emputaba por cosas que parecían mínimas o me ponía bien pinche triste, lo primero que pensaba era CÁLMATE ALV MARIANA QUE ELLOS NO TE DEBEN NADA.

Y pues sí, no me debían nada, pero el hecho de que no lo hicieran no me hacía sentir mejor. Yo me sentía triste, enojada, celosa, frustrada, mal por lo que ellos hacían o no hacían y me sentía el doble de peor porque pensaba que no era racional de mi parte sentir así. 

Luego de una ida a una biblioteca de mi ciudad, leí un libro de inteligencia emocional y una de las partes que más me impactó fue eso: Que no debía ponerle lógica a lo que sentía. Que sólo debía sentirlo, canalizarlo y ver la fuente, pero que buscarle censura no iba a ayudarme a llegar a ningún lado.

Así que dejé de censurarme y me permití sentir: Si me hacían sentir triste, enojada o whatever, se los decía y no me avergonzaba.




3.-Elimínalx de todos lados:

¿Cuál era el punto de haberlos dejado si yo seguía escribiendo de ellos en mis redes sociales, seguía adjudicándoles canciones, eventos, palabras, seguía pensando en ellos?

Los había bloqueado de mis redes sociales. Los había evitado en los pasillos de mi escuela. Me había escondido debajo de mi cama hasta que me sintiera segura pero yo seguía hablando de ellos, escribiendo de ellos y para ellos y soñando con ellos.

O sea nop.

Con las piernas los había mandado lejos de una patada pero con las manos me seguía aferrando a ellos. LOL NO.

Esto es reciente que lo aprendí:

Ya no escribo de nadie de ellos, ya no pienso en ellos. No malgasto mi tiempo en tonterías. No quiero escribirles, no quiero soñarlos y por lo tanto, no quiero que regresen.

Así que además de que los eliminé de mis cuentas y de mi vida, también los eliminé de mi corazón alv.

-cambié la cerradura de mi corazón, ya balieron berga-



4.-Mantente ocupadx:

Me costaba tanto trabajo dejarlos porque ellos eran lo único que yo hacía. De veras. Iba a la escuelita, a la escuelota, salía con mis amigos y escribía y cosas así... Pero realmente nada más pasaba el tiempo esperando a que ellos regresaran. Cuando se dio la separación, obvio me caló hasta los huesos porque me había acostumbrado un montón y de repente estar sola sí era desconcertante y hasta deprimente.

Desde el verano del año pasado, me quité de cosas tontas y me tomé en serio lo que estaba haciendo: Me quedaba el último año de la carrera y no podía darme el lujo de tontear. Tenía/tengo muchas historias por escribir. Hay tanto que deseo hacer... Y ahora tengo la oportunidad de dedicarme por completo y tirarme de cabeza a estas aventuras.

Créanlo o no, me he mantenido ocupada, lo quiera o no y eso me ha permitido estar con la mente y el cuerpo trabajando constantemente, no tener espacios vacíos y si los tengo son para mí y mis recreaciones.

Y estoy siendo funcional -bueno, más o menos, pero ya hago más cosas de adulta y así. Miedo mil-, y no me preocupo ni estoy pensando en cosas idiotas y estoy feliz y cansada y bien.



5.-Rodéate de buenos amigos:

Perdí a una amiga también. Bueno, no se murió. O sea sí, su amistad se murió para mí, por consiguiente es como el proceso de duelo. Nuestra amistad se fue por el caño y está bien. Durante algunos meses luché contra la idea de dejarle de hablar del todo y es que sí, me había mentido y me había lastimado, pero quizás había tenido sus razones...

Y sus razones fueron tan patéticas como sus intenciones de querer arreglar las cosas conmigo. Puse mi distancia. Pero dentro de esta amistad también había otras amistades encadenadas y me fue difícil. Terminé fingiendo que todo estaba bien y le seguía hablando. Ahora con reservas pero lo seguía haciendo.

Luego pensé:

¿Qué clase de amigo me pide que me quede en una relación de amistad por su comodidad?

Una muy mala clase de amigo. 

Terminé por darle el cortón a esta "amiga" y alejarme de todo a mi manera y a mi gusto y si querían ellos vivir con eso qué bueno y si no, pues también.

Tengo la fortuna de contar con buenos amigos. Son pocos, como cinco, pero sé que son incondicionales y que si necesito algo, ellos harán lo que esté en sus manos para ayudarme y se los agradezco mucho.

Las personas con quiénes mantuve estas relaciones en estos últimos cuatro años se asemejan porque no tienen buenas y leales amistades. Por soberbia o no saber elegir, por mal carácter o por no saber ser amigos, no tienen.
Y yo sí.

Gracias a ellos he aprendido un montón de cosas que me han traducido luego de tanto sufrimiento y peleas y tristeza y miedo. De ellos aprendo y por ellos continúo.

Busca buenos amigos. Los hay. Apóyate en ellos, eso hace una gran diferencia.



 6.-Perdónate a ti mismx:

El perdón es esencial.

No hablo de perdonar a aquellos que te hicieron daño, aunque sirve si de esa manera dejas de sentir resentimiento y cosas malas. si no, ni los disculpes ni te obligues a algo para lo que no estás listo todavía.

Pero sÍ TIENES QUE perdonarte a ti mismo. Por muchas cosas: Por todo lo mal que te puedas sentir y que muchos tendemos a culparnos a nosotros mismos.

Yo no podía perdonar que otra vez me hubiera portado como tonta. Otra vez la ingenua y tonta Mariana cayendo en las trampas de aquellos monstruos. Otra vez había ignorado las señales, había ignorado las advertencias, los consejos... Otra vez me había metido el golpe yo solita.

Y me sentía en extremo culpable. Yo fui quién dejó que todo llegara tan lejos. Fui yo quién dio entrada a que esto me pasara. Yo fui quién decidió creer, ignorar, y seguir atándome cada vez más.

Ellos me habían fallado, pero yo me había fallado aún más a mí misma.

Me ha tomado mucho tiempo perdonarme. Todavía voy en camino pero sé que es parte fundamental e importante hacerlo.

Tómate tu tiempo, busca la manera pero perdónate a ti mismo.






Cada quién pasa por etapas y vive las situaciones de la vida como mejor le parezcan. Yo no vengo a dictar cómo debes pasar tu duelo. Vine a compartir mi experiencia y desde mi punto de vista: Ha funcionado.

Antes me sentía angustiada, no podía dejar de pensar en esas personas, tenía mucho miedo de jamás volver a enamorarme ni que se enamoraran de mí y terminaba, inevitablemente, regresando con ellos.

Ya no.

Estoy calmada, estoy tranquila, me siento bien. A veces tengo miedo pero creo que todos lo tenemos. Estoy en paz conmigo misma. Estoy yendo para adelante, tengo mucho trabajo y cosas por hacer y me la paso bien.

A veces sus nombres aparecen dentro de mi mente pero ya no con flourescencia dolorosa. Puedo decir sus nombres, puedo escribir sobre ellos si lo deseo, puedo incluso soportar que alguien me pregunte por ellos.

¿Pero los quiero devuelta?




Oh, hell no.




viernes, 5 de mayo de 2017

¿Son todos pendejos o qué?


Es una pregunta muy válida que no debe ser menospreciada por quién la hace. En este caso, la estoy haciendo yo y de verdad tengo curiosidad.

Estoy tan triste y enojada con todo y todos.

Con el mundo, con mi país. Con mi trabajo y conmigo misma.

Quisiera que me importara un carajo, quisiera yo seguir con mi vida y hacer como que nada está pasando. Hacer como que no me afecta, no me importa, no es mi asunto.

Pero sí me afecta, sí me importa y sí es mi asunto.


Hoy no vengo a escribirles de algo. Tampoco vengo a excusarme. Quiero que sepan que estoy muy afectada porque son todos unos pendejos y los odio, ojalá algún día entiendan y ojalá ese día no sea demasiado tarde.